El Sabueso de los Baskerville

Der Hund der Baskervilles

   CAPÍTULO CATORCE

   Kapitel 14

   EL SABUESO DE LOS BASKERVILLE

   Der Hund der Baskervilles

   Uno de los defectos de Sherlock Holmes -si es que en realidad se le puede llamar defecto- era lo mucho que se resistía a comunicar sus planes antes del momento mismo de ponerlos por obra. Ello obedecía en parte, sin duda, a su carácter autoritario, que le empujaba a dominar y a sorprender a quienes se hallaban a su alrededor. Y también en parte a su cautela profesional, que le llevaba siempre a reducir los riesgos al mínimo. Esta costumbre, sin embargo, resultaba muy molesta para quienes actuaban como agentes y colaboradores suyos. Yo había sufrido ya por ese motivo con frecuencia, pero nunca tanto como durante aquel largo trayecto en la oscuridad. Teníamos delante la gran prueba; pero, aunque nos disponíamos a librar la batalla final Holmes no había dicho nada: sólo me cabía conjeturar cuál iba a ser su línea de acción. Apenas pude contener mi nerviosismo cuando, por fin, el frío viento que nos cortaba la cara y los oscuros espacios vacíos a ambos lados del estrecho camino me anunciaron que estábamos una vez más en el páramo. Cada paso de los caballos y cada vuelta de las ruedas nos acercaban a la aventura suprema.

   Es war immer einer von Sherlock Holmes‘ Charakterfehlern – wenn man es denn einen Fehler nennen darf –, dass er eine hohe Abneigung dagegen hatte, seine Pläne anderen Personen vollständig zu offenbaren, bevor der Augenblick ihrer Umsetzung gekommen war. Dies rührte zum Teil sicherlich von seiner herrischen Art her, denn er liebte es, die Menschen seiner Umgebung zu dominieren und zu überraschen, zum anderen lag dies aber in seiner berufl ichen Vorsicht begründet, kein unnötiges Risiko einzugehen. Im Ergebnis war dies jedoch häufi g anstrengend für seine Mitarbeiter und Helfer. Oft genug hatte ich darunter gelitten, doch niemals so sehr wie während dieser langen Fahrt durch die Dunkelheit. Die große Prüfung lag vor uns, endlich sollte der letzte Akt über die Bühne gehen, doch Holmes hatte noch nichts über seine Pläne verlauten lassen, und ich konnte nur raten, was er vorhatte. Ich fi ng vor Aufregung an zu zittern, als der kalte Wind auf unseren Gesichtern und der dunkle, öde Raum zu beiden Seiten der engen Straße mir zeigten, dass wir uns wieder auf dem Moor befanden. Jeder Hufschlag der Pferde und jede Umdrehung der Wagenräder brachten uns unserem spannenden Abenteuer näher.

   Debido a la presencia del cochero no hablábamos con libertad y nos veíamos forzados a conversar sobre temas triviales mientras la emoción y la esperanza tensaban nuestros nervios. Después de aquella forzada reserva me supuso un gran alivio dejar atrás la casa de Frankland y saber que nos acercábamos a la mansión de los Baskerville y al escenario de la acción. En lugar de llegar en coche hasta la casa nos apeamos junto al portón al comienzo de la avenida. Despedimos a la tartana y ordenamos al cochero que regresara a Coombe Tracey de inmediato, al mismo tiempo que nos poníamos en camino hacia la casa Merripit.

   Unsere Unterhaltung wurde durch die Anwesenheit des Fahrers der Mietdroschke beeinträchtigt, so dass wir gezwungen waren, über nebensächliche Dinge zu sprechen, während unsere Nerven vor Erwartung gespannt waren. Nach dieser unnatürlichen Zurückhaltung war es für mich eine Erleichterung, als wir schließlich an Franklands Haus vorbeifuhren und wussten, dass wir nunmehr ganz nahe an Baskerville Hall und dem Ort des Geschehens waren. Wir ließen uns nicht vor die Tür fahren, sondern hielten nahe dem Tor zur Auffahrt. Der Wagen wurde bezahlt und nach Coombe Tracey zurückgeschickt, bevor wir uns zu Fuß in Richtung auf Merripit House aufmachten.

   -¿Va usted armado, Lestrade?

   „Sind Sie bewaffnet, Lestrade?“

   Der kleine Polizist lächelte.

   -Siempre que me pongo los pantalones dispongo de un bolsillo trasero -respondió con una sonrisa el detective de corta estatura- y siempre que dispongo de un bolsillo trasero llevo algo dentro.

   „Solange ich meine Hosen anhabe, habe ich eine Hüfttasche, und solange ich meine Hüfttasche habe, befi ndet sich auch etwas darin.“

   -¡Bien! También mi amigo y yo estamos preparados para cualquier emergencia.

   „Gut! Mein Freund und ich sind ebenfalls auf Notfälle vorbereitet.“

   -Se muestra usted muy reservado acerca de este asunto, señor Holmes. ¿A qué vamos a jugar ahora?

   „Sie sind in dieser Angelegenheit ja reichlich verschlossen, Mr. Holmes. Was für ein Spiel wird denn gespielt?“

   -Jugaremos a esperar.

   „Ein Geduldsspiel.“

   -¡Válgame Dios, este sitio no tiene nada de alegre! -dijo el detective con un estremecimiento, contemplando a su alrededor las melancólicas laderas de las colinas y el enorme lago de niebla que descansaba sobre la gran ciénaga de Grimpen-. Veo unas luces delante de nosotros.

   „Meine Güte, das scheint wirklich kein sonderlich fröhlicher Ort zu sein“, sagte Lestrade schaudernd, während er über die düsteren Hänge des Hügels und die große Dunstwolke blickte, die über dem Grimpener Moor lag. „Ich sehe Lichter eines Hauses vor uns.“

   -Eso es la casa Merripit y el final de nuestro trayecto. He de rogarles que caminen de puntillas y hablen en voz muy baja.

   „Das ist Merripit House und das Ziel unserer Reise. Ich muss Sie darum ersuchen, auf Zehenspitzen zu laufen und nur noch zu fl üstern.“

   Avanzamos con grandes precauciones por el sendero como si nos dirigiéramos hacia la casa, pero Holmes hizo que nos detuviéramos cuando nos encontrábamos a unos doscientos metros.

   Vorsichtig gingen wir den Weg entlang, als wollten wir auf das Haus zugehen, doch Holmes stoppte uns, als wir nur noch etwa 200 Meter entfernt waren.

   -Ya es suficiente -dijo-. Esas rocas de la derecha van a proporcionarnos una admirable protección.

   „Das dürfte reichen“, sagte er. „Diese Felsen hier rechts werden uns vortreffl ich Schutz bieten.“

   -¿Hemos de esperar ahí?

   „Wir sollen hier warten?“

   -Así es; vamos a preparar nuestra pequeña emboscada. Lestrade, métase en ese hoyo. Usted ha estado dentro de la casa, ¿no es cierto, Watson? ¿Puede describirme la situación de las habitaciones? ¿A dónde corresponden esas ventanas enrejadas?

   „Ja, das wird unser kleiner Hinterhalt. Schlüpfen Sie in diese Höhle, Lestrade. Bist du nicht schon im Haus gewesen, Watson? Dann kannst du uns die Lage der Räume erläutern. Wozu gehören die vergitterten Fenster an diesem Ende?“

   -Creo que son las de la cocina.

   „Ich glaube, das sind die Küchenfenster.“

   -¿Y la que queda un poco más allá, tan bien iluminada?

   „Und das hell erleuchtete dort drüben

   -Se trata sin duda del comedor.

   „Das ist bestimmt das Esszimmer.“

   -Las persianas están levantadas. Usted es quien mejor conoce el terreno. Deslícese con el mayor sigilo y vea lo que hacen, pero, por el amor del cielo, ¡que no descubran que los estamos vigilando!

   „Die Vorhänge sind zurückgezogen. Du kennst dich hier am besten aus. Schleich dich lautlos nach vorne und sieh nach, was drinnen geschieht, aber sie dürfen um Himmels Willen nicht merken, dass sie beobachtet werden!“

   Avancé de puntillas por el sendero y me agaché detrás del muro de poca altura que rodeaba el huerto de árboles achaparrados. Aprovechando su sombra me deslicé hasta alcanzar un punto que me permitía mirar directamente por la ventana desprovista de visillos.

   Auf Zehenspitzen schlich ich den Pfad entlang und duckte mich hinter der niedrigen Mauer, die den vernachlässigten Obstgarten umgab. Solchermaßen in Deckung befi ndlich kroch ich zu einer Stelle, von welcher aus ich direkt in das vorhanglose Fenster hineinsehen konnte.

   Sólo había dos personas en la habitación: Sir Henry y Stapleton, sentados a ambos lados de la mesa redonda. Yo los veía de perfil desde mi punto de observación. Ambos fumaban cigarros y tenían delante café y vino de Oporto. Stapleton hablaba animadamente, pero el baronet parecía pálido y ausente. Quizá la idea del paseo solitario a través del páramo pesaba en su ánimo.

   Es befanden sich nur zwei Männer im Zimmer, Sir Henry und Stapleton. Sie saßen jeder an einer Seite des runden Tisches, das Profi l mir zugewandt. Beide rauchten Zigarren und hatten Kaffee und Wein vor sich stehen. Stapleton redete sehr lebhaft, aber der Baronet sah bleich und zerstreut aus. Möglicherweise lastete der Gedanke an den einsamen Spaziergang durch das Moor mit seinem schlechten Ruf schwer auf seiner Seele.

   Mientras los contemplaba, Stapleton se puso en pie y salió de la habitación; Sir Henry volvió a llenarse la copa y se recostó en la silla, aspirando el humo del cigarro. Luego oí el chirrido de una puerta y el ruido muy nítido de unas botas sobre la grava. Los pasos recorrieron el sendero por el otro lado del muro que me cobijaba. Alzando un poco la cabeza vi que el naturalista se detenía ante la puerta de una de las dependencias de la casa, situada en la esquina del huerto. Oí girar una llave y al entrar Stapleton se oyó un ruido extraño en el interior. El dueño de la casa no permaneció más de un minuto allí dentro; después oí de nuevo girar la llave en la cerradura, el naturalista pasó cerca de mí y regresó a la casa. Cuando comprobé que se reunía con su invitado me deslicé en silencio hasta donde me esperaban mis compañeros y les conté lo que había visto.

   Während ich sie so beobachtete, stand Stapleton auf und verließ das Zimmer; Sir Henry schenkte sich Wein nach und lehnte sich in seinen Stuhl zurück, wobei er an seiner Zigarre zog. Ich hörte eine Tür knarren und das knirschende Geräusch von Schuhen auf Kies. Die Schritte gingen den Pfad auf der anderen Seite der Mauer, hinter der ich kauerte, entlang. Ich schaute über die Mauer und sah den Naturforscher an der Tür eines Häuschens in einer Ecke des Gartens stehen. Ein Schlüssel drehte sich im Schloss, und nachdem er hineingegangen war, ertönte von drinnen ein seltsames Geräusch wie von einer Rauferei. Er hielt sich höchstens ein oder zwei Minuten dort auf, dann hörte ich den Schlüssel sich erneut im Schloss drehen. Wieder lief Stapleton an mir vorbei, kehrte in das Haus zurück und setzte sich zu seinem Gast. Ich kroch leise dorthin zurück, wo meine Gefährten darauf warteten, was ich zu erzählen hatte.

   -¿Dice usted, Watson, que la señora no está en el comedor? -preguntó Holmes cuando terminé mi relato.

   „Du hast gesagt, dass Mrs. Stapleton nicht dort war?“ fragte Holmes, als ich meinen Bericht beendet hatte.

   -No.

   „So ist es.“

   -¿Dónde puede estar, en ese caso, dado que no hay luz en ninguna otra habitación si se exceptúa la cocina?

   „Wo kann sie dann sein, da doch nirgends sonst Licht brennt außer in der Küche?“

   -No sabría decirle.

   „Ich habe keine Ahnung, wo sie sein könnte.“

   Ya he mencionado que sobre la gran ciénaga de Grimpen flotaba una espesa niebla blanca que avanzaba lentamente en nuestra dirección y que se presentaba frente a nosotros como un muro de poca altura, muy denso y con límites muy precisos. La luna la iluminaba desde lo alto, convirtiéndola en algo parecido a una resplandeciente lámina de hielo de grandes dimensiones, con las crestas de los riscos a manera de rocas que descansaran sobre su superficie. Holmes se había vuelto a mirar la niebla y empezó a murmurar, impaciente, mientras seguía con los ojos su lento derivar.

   Wie schon erwähnt hing über dem großen Grimpener Moor ein dichter, weißer Nebel. Langsam trieb er auf uns zu und baute sich wie eine zwar niedrige, aber dicke und undurchdringliche Wand vor uns auf. Der Mond schien auf sie herab und ließ sie wie eine große, glänzende Eisfl äche aussehen, aus welcher die Spitzen der Felstürme in der Ferne wie Klippen herausragten. Holmes drehte sich nach ihr um und murmelte ungeduldig etwas vor sich hin, ihre langsame Bewegung ständig beobachtend.

   -Viene hacia nosotros, Watson.

   „Sie kommt auf uns zu, Watson.“

   -¿Es eso grave?

   „Ist das schlimm?“

   -Ya lo creo: la única cosa capaz de desbaratar mis planes. El baronet no puede ya retrasarse mucho. Son las diez. Nuestro éxito e incluso la vida de Sir Henry pueden depender de que salga antes de que la niebla cubra la senda.

   „Sogar sehr schlimm – so ziemlich das einzige, das meine Pläne durcheinander bringen kann. Sir Henry kann jetzt nicht mehr lange bleiben, es ist schon zehn Uhr. Unser Erfolg und sogar sein Leben könnten davon abhängen, ob er herauskommt, bevor sich diese Nebelwand über den Weg geschoben hat.“

   Por encima de nosotros el cielo estaba claro y sereno. Las estrellas brillaban fríamente y la media luna bañaba toda la escena con una luz suave, que apenas marcaba los contornos. Ante nosotros yacía la masa oscura de la casa, con el tejado dentado y las enhiestas chimeneas violentamente recortadas contra el cielo plateado. Anchas barras de luz dorada procedentes de las habitaciones iluminadas del piso bajo se alargaban por el huerto y el páramo. Una de las ventanas se cerró de repente. Los criados habían abandonado la cocina. Sólo quedaba la lámpara del comedor donde los dos hombres, el anfitrión criminal y el invitado desprevenido, todavía conversaban saboreando sus cigarros puros.

   Über uns war die Nacht klar und schön. Kalt und hell strahlten die Sterne, während der Halbmond die ganze Landschaft in ein sanftes, unstetes Licht tauchte. Vor uns lag die dunkle Masse des Hauses, dessen gezacktes Dach und hohen Kamine sich scharf gegen den silbrig schimmernden Himmel abhoben. Aus den unteren Fenstern ergossen sich breite Streifen goldenen Lichts über den Garten und das Moor. Plötzlich erlosch einer von ihnen. Die Dienstboten hatten die Küche verlassen. Nun blieb nur noch die Lampe aus dem Esszimmer übrig, wo die beiden Männer, der mörderische Gastgeber und sein ahnungsloser Gast, immer noch bei ihren Zigarren plauschten.

   Cada minuto que pasaba la algodonosa llanura blanca que cubría la mitad del páramo se acercaba más a la casa. Los primeros filamentos cruzaron por delante del rectángulo dorado de la ventana iluminada. La valla más distante del huerto se hizo invisible y los árboles se hundieron a medias en un remolino de vapor blanco. Ante nuestros ojos los primeros tentáculos de niebla dieron la vuelta por las dos esquinas de la casa y avanzaron lentamente, espesándose, hasta que el piso alto y el techo quedaron flotando como una extraña embarcación sobre un mar de sombras. Holmes golpeó apasionadamente con la mano la roca que nos ocultaba e incluso pateó el suelo llevado de la impaciencia.

   Jede Minute schob sich diese weiße, wattige Fläche, die schon eine Hälfte des Moors bedeckte, näher und näher an das Haus heran. Die ersten dünnen Strähnen wehten bereits durch das goldene Rechteck des beleuchteten Fensters, man konnte kaum noch die jenseitige Mauer des Gartens erkennen, vor der die Bäume aus einem Wirbel weißen Dunstes herausragten. Während wir hinsahen, krochen schon Nebelschwaden um beide Ecken des Hauses und fügten sich langsam zu einer dichten Bank zusammen, auf welcher der obere Stock und das Dach wie ein seltsames Schiff auf nächtlicher See zu schweben schienen. Holmes schlug leidenschaftlich mit der Hand auf den Felsen vor uns und stampfte ungeduldig mit dem Fuß auf.

   -Si nuestro amigo tarda más de un cuarto de hora en salir la niebla cubrirá el sendero. Y dentro de media hora no nos veremos ni las manos.

   „Wenn er nicht in einer Viertelstunde draußen ist, wird der Pfad vom Nebel bedeckt sein. In einer halben Stunde werden wir unsere Hand nicht mehr vor Augen sehen können.“

   -¿Y si nos situáramos a más altura?

   „Sollen wir uns etwas zurückziehen auf höher liegendes Land?“

   -Sí; creo que no estaría de más.

   „Ja, das wird meiner Ansicht nach ebenso gut sein.“

   De manera que nos alejamos hasta unos ochocientos metros de la casa, si bien el espeso mar blanco, su superficie plateada por la luna, seguía avanzando lenta pero inexorablemente:

   Im selben Maße, wie die Nebelbank vorankroch, wichen wir vor ihr zurück, bis wir ein paar hundert Meter vom Haus entfernt waren, doch noch immer wälzte sich dieses dichte weiße Meer, deren Oberfl äche vom Mond silbern beschienen wurde, langsam und unerbittlich vor.

   -Hemos de quedarnos aquí -dijo Holmes-. No podemos correr el riesgo de que Sir Henry sea alcanzado antes de llegar a nuestra altura. Hay que mantener esta posición a toda costa -se dejó caer de rodillas y pegó el oído al suelo-. Me parece que le oigo venir, gracias a Dios.

   „Wir sind zu weit weg“, sagte Holmes. „Wir dürfen nicht das Risiko eingehen, dass er eingeholt wird, bevor er uns erreicht hat. Unter allen Umständen müssen wir ausharren, wo wir uns befi nden.“ Er kniete sich hin und legte sein Ohr auf den Boden. „Gott sei Dank, ich höre ihn kommen.“

   El ruido de unos pasos rápidos rompió el silencio del páramo. Agazapados entre las piedras, contemplamos atentamente el borde plateado del mar de niebla que teníamos delante. El ruido de las pisadas se intensificó y, a través de la niebla, como si se tratara de una cortina, surgió el hombre al que esperábamos. Sir Henry miró a su alrededor sorprendido al encontrarse de repente con una noche clara, iluminada por las estrellas. Luego avanzó a toda prisa sendero adelante, pasó muy cerca de donde estábamos escondidos y empezó a subir por la larga pendiente que quedaba a nuestras espaldas. Al caminar miraba continuamente hacia atrás, como un hombre desasosegado.

   Das Geräusch schneller Schritte durchbrach die Stille des Moores. Zwischen den Felsen kauernd starrten wir angestrengt auf die Nebelwand vor uns mit ihrer silbernen Oberfl äche. Die Schritte wurden lauter, und durch den Nebel, wie durch einen Vorhang, tauchte der Mann auf, den wir erwartet hatten. Überrascht schaute er sich um, als er in die klare, sternenbeschienene Nacht hinaustrat. Dann schritt er rasch den Weg entlang, lief an unserem Versteck vorüber und stieg den langen Hang hinter uns empor, dabei drehte er sich die ganze Zeit um wie jemand, der sich nicht wohl fühlt.

   -¡Atentos! -exclamó Holmes, al tiempo que se oía el nítido chasquido de un revólver al ser amartillado-. ¡Cuidado! ¡Ya viene!

   „Psst!“ rief Holmes, und ich hörte das scharfe Klicken einer Pistole, die entsichert wurde. „Vorsicht! Er kommt!“

   De algún sitio en el corazón de aquella masa blanca que seguía deslizándose llegó hasta nosotros un tamborileo ligero y continuo. La niebla se hallaba a cincuenta metros de nuestro escondite y los tres la contemplábamos sin saber qué horror estaba a punto de brotar de sus entrañas. Yo me encontraba junto a Holmes y me volví un instante hacia él. Lo vi pálido y exultante, brillándole los ojos a la luz de la luna. De repente, sin embargo, su mirada adquirió una extraña fijeza y el asombro le hizo abrir la boca. Lestrade también dejó escapar un grito de terror y se arrojó al suelo de bruces. Yo me puse en pie de un salto, inerte la mano que sujetaba la pistola, paralizada la mente por la espantosa forma que saltaba hacia nosotros de entre las sombras de la niebla. Era un sabueso, un enorme sabueso, negro como un tizón, pero distinto a cualquiera que hayan visto nunca ojos humanos. De la boca abierta le brotaban llamas, los ojos parecían carbones encendidos y un resplandor intermitente le iluminaba el hocico, el pelaje del lomo y el cuello. Ni en la pesadilla más delirante de un cerebro enloquecido podría haber tomado forma algo más feroz, más horroroso, más infernal que la oscura forma y la cara cruel que se precipitó sobre nosotros desde el muro de niebla.

   Von irgendwoher aus dem Innersten dieser wallenden Nebel195 bank kam ein dünnes, kratzendes, regelmäßiges Getrappel. Die Wolke hing etwa fünfzig Meter vor uns, und wir starrten sie alle drei an in der unsicheren Erwartung, was für ein Schrecken wohl aus ihr hervorbrechen würde. Ich lag dicht neben Holmes und schaute ihm einen Moment lang ins Gesicht. Es war bleich und triumphierend, seine Augen leuchteten im Mondlicht. Doch plötzlich erstarrte sein Blick und seine Lippen öffneten sich verwundert. Im selben Moment stieß Lestrade einen Schreckensschrei aus und warf sich mit dem Gesich nach unten auf den Boden. Ich sprang auf, meine Hand griff nach der Pistole, doch mein Geist war wie gelähmt durch das schreckliche Geschöpf, das vor uns aus den Schatten des Nebels hervorgesprungen kam. Es war ein Hund, ein riesiger, pechschwarzer Hund, doch kein Hund, wie ihn sterbliche Augen jemals gesehen haben. Feuer schoss aus seinem offenen Rachen, aus den Augen glühte schwelende Glut, Lefzen und Nacken waren von hellen Flammen umlodert. Kein wahnsinniger Traum eines irren Hirns konnte ein wilderes, entsetzlicheres, höllischeres Ungeheuer erzeugen als diese nachtschwarze Schöpfung mit teufl ischer Fratze, die uns aus der Nebelwand entgegenstürzte.

   La enorme criatura negra avanzó a grandes saltos por el sendero, siguiendo los pasos de nuestro amigo. Hasta tal punto nos paralizó su aparición que ya había pasado cuando recuperamos la sangre fría. Entonces Holmes y yo disparamos al unísono y la criatura lanzó un espantoso aullido, lo que quería decir que al menos uno de los proyectiles le había acertado. Siguió, sin embargo, avanzando a grandes saltos sin detenerse. A lo lejos, en el camino, vimos cómo Sir Henry se volvía, el rostro blanco a la luz de la luna, las manos alzadas en un gesto de horror, contemplando impotente el ser horrendo que le daba caza.

   Mit langen Sätzen schoss das enorme schwarze Ungeheuer den Weg entlang, unserem Freund dicht auf den Fersen. Wir waren dermaßen gelähmt durch die Erscheinung, dass er an uns vorüber war, bevor wir uns wieder gefasst hatten. Dann feuerten Holmes und ich gleichzeitig, und ein schreckliches Heulen der Kreatur bewies uns, dass wenigstens einer getroffen hatte. Doch blieb sie nicht stehen, sondern hetzte weiter. Weiter vorn auf dem Weg sahen wir, wie Sir Henry sich umdrehte, das Gesicht im Mondlicht kreidebleich, seine Hände voller Entsetzen in die Höhe gestreckt, starrte er hilfl os auf das entsetzliche Untier, das auf ihn zuschoss.

   Pero el aullido de dolor del sabueso había disipado todos nuestros temores. Si aquel ser era vulnerable, también era mortal, y si habíamos sido capaces de herirlo también podíamos matarlo. Nunca he visto correr a un hombre como corrió Holmes aquella noche. Se me considera veloz, pero mi amigo me sacó tanta ventaja como yo al detective de corta estatura. Mientras volábamos por el sendero oíamos delante los sucesivos alaridos de Sir Henry y el sordo rugido del sabueso. Pude ver cómo la bestia saltaba sobre su víctima, la arrojaba al suelo y le buscaba la garganta. Pero un instante después, Holmes había disparado cinco veces su revólver contra el costado del animal. Con un último aullido de dolor y una violenta dentellada al aire, el sabueso cayó de espaldas, agitando furiosamente las cuatro patas, hasta inmovilizarse por fin sobre un costado. Yo me detuve, jadeante, y acerqué mi pistola a la horrible cabeza luminosa, pero ya no servía de nada apretar el gatillo. El gigantesco perro había muerto.

   Doch der Schmerzensschrei des Hundes hatte all unsere Ängste vertrieben. Wenn er verwundbar war, so war er sterblich, und wenn wir ihn verwunden konnten, so konnten wir ihn auch töten. Niemals habe ich jemanden so rennen sehen, wie Holmes in jener Nacht gerannt ist. Ich bin sicherlich gut zu Fuß, aber er hängte mich ebenso sehr ab, wie ich den kleinen Lestrade abhängte. Während wir den Weg entlangstürzten, hörten wir vor uns Schrei auf Schrei von Sir Henry und das tiefe Knurren des Hundes. Ich erreichte sie gerade, als die Bestie ihr Opfer ansprang, es zu Boden warf und nach seiner Kehle schnappte. Doch im nächsten Augenblick hatte Holmes schon fünf Kugeln seines Revolvers in die Flanke des Untiers gejagt. Mit einem letzten Aufheulen, im Todeskampf bösartig um sich beißend, rollte der Hund auf den Rücken, schlug mit allen Vieren um sich und fi el dann reglos auf die Flanke. Keuchend beugte ich mich zu ihm hinunter und drückte die Pistole gegen seinen furchtbaren, glühenden Schädel, doch war es sinnlos abzudrücken. Der riesige Hund war tot.

   Sir Henry seguía inconsciente en el lugar donde había caído. Le arrancamos el cuello de la camisa y Holmes musitó una acción de gracias al ver que no estaba herido: habíamos llegado a tiempo. El baronet parpadeó a los pocos instantes e hizo un débil intento de moverse. Lestrade le acercó a la boca el frasco de brandy y muy pronto dos ojos llenos de espanto nos miraron fijamente.

   Sir Henry lag bewusstlos an der Stelle, wo er gestürzt war. Wir rissen seinen Kragen auf, und Holmes entfuhr ein Stoßgebet der Dankbarkeit, als er sah, dass kein Anzeichen einer Verletzung zu erkennen und die Hilfe rechtzeitig gekommen war. Schon vibrierten die Augenlider unseres Freundes und er machte einen schwachen Versuch aufzustehen. Lestrade schob seine Brandyfl asche zwischen die Lippen des Baronets, der uns mit vor Entsetzen geweiteten Augen anstarrte.

   -¡Dios mío! -susurró nuestro amigo-. ¿Qué era eso? En nombre del cielo, ¿qué era eso?

   „Mein Gott“, fl üsterte er, „Was war das? Was um alles in der Welt war das?“

   -Fuera lo que fuese, ya está muerto -dijo Holmes-. De una vez por todas hemos acabado con el fantasma de la familia Baskerville.

   „Was immer es war, jetzt ist es tot“, sagte Holmes. „Wir haben das Familiengespenst ein für allemal zur Strecke gebracht.“

   El tamaño y la fuerza bastaban para convertir en un animal terrible a la criatura que yacía tendida ante nosotros. No era ni sabueso ni mastín de pura raza, sino que parecía más bien una mezcla de los dos: demacrado, feroz y del tamaño de una pequeña leona. Incluso ahora, en la inmovilidad de la muerte, de sus enormes mandíbulas parecía seguir brotando una llama azulada, y los ojillos crueles, muy hundidos en las órbitas, aún daban la impresión de estar rodeados de fuego. Toqué con la mano el hocico luminoso y al apartar los dedos vi que brillaban en la oscuridad, como si ardieran a fuego lento.

   Von seiner bloßen Größe und Stärke her war es ein schreckliches Geschöpf, das vor uns ausgestreckt lag. Es war kein reinrassiger Bluthund und keine reinrassige Dogge, sondern schien eine Mischung beider zu sein – hager, wild und so groß wie eine kleine Löwin. Selbst jetzt, da es in der Reglosigkeit des Todes vor uns lag, schien eine bläuliche Flamme von seinen Lefzen zu tropfen und die kleinen, tief liegenden, grausamen Augen waren von Feuer umgeben. Ich legte meine Hand auf das glimmende Maul, und als ich sie in die Höhe hob, glühten und leuchteten meine eigenen Finger in der Dunkelheit.

   -Fósforo -dije.

   „Phosphor“, sagte ich.

   -Un ingenioso preparado hecho con fósforo -dijo Holmes, acercándose al sabueso para olerlo-. Totalmente inodoro para no dificultar la capacidad olfatoria del animal. Es mucho lo que tiene usted que perdonarnos, Sir Henry, por haberlo expuesto a este susto tan espantoso. Yo me esperaba un sabueso, pero no una criatura como ésta. Y la niebla apenas nos ha dado tiempo para recibirlo como se merecía.

   „Und schlau zubereitet“, sagte Holmes, der das tote Tier beschnüffelte. „Es hat keinen Geruch, der sein Witterungsvermögen irritieren könnte. Wir müssen uns zutiefst bei Ihnen entschuldigen, Sir Henry, dass wir Sie diesem Schrecken ausgesetzt haben. Auf einen Hund war ich vorbereitet, doch nicht auf ein Untier wie dieses. Und wegen des Nebels hatten wir kaum Zeit, ihm entgegenzutreten.“

   -Me han salvado la vida.

   „Sie haben mein Leben gerettet.“

   -Después de ponerla en peligro. ¿Tiene usted fuerzas para levantarse?

   „Nachdem wir es erst in Gefahr gebracht haben. Sind Sie kräftig genug aufzustehen?“

   -Denme otro sorbo de ese brandy y estaré listo para cualquier cosa. ¡Bien! Ayúdenme a levantarme. ¿Qué se propone hacer ahora, señor Holmes?

   „Geben Sie mir noch einen Schluck von diesem Brandy, dann werde ich zu allem bereit sein. So, wenn Sie mir jetzt aufhelfen würden. Was gedenken Sie nun zu unternehmen?“

   -A usted vamos a dejarlo aquí. No está en condiciones de correr más aventuras esta noche. Si hace el favor de esperar, uno de nosotros volverá con usted a la mansión.

   „Sie hierzulassen. Sie sind nicht in der Verfassung für weitere Abenteuer in dieser Nacht. Wenn Sie warten wollen, kann einer von uns Sie nach Baskerville Hall begleiten.“

   El baronet logró ponerse en pie con dificultad, pero aún seguía horrorosamente pálido y temblaba de pies a cabeza. Lo llevamos hasta una roca, donde se sentó con el rostro entre las manos y el cuerpo estremecido.

   Er versuchte sich aufzurichten, doch war er immer noch kreidebleich und zitterte an allen Gliedern. Wir halfen ihm zu einem Felsblock, wo er sich zitternd hinsetzte und sein Gesicht in den Händen vergrub.

   -Ahora tenemos que dejarlo -dijo Holmes-. Hemos de acabar el trabajo y no hay un momento que perder. Ya tenemos las pruebas; sólo nos falta nuestro hombre.

   „Wir müssen Sie jetzt hierlassen“, sagte Holmes. „Der Rest unserer Arbeit muss getan werden und jeder Augenblick ist kostbar. Wir haben nunmehr unseren Fall, jetzt brauchen wir nur noch den Täter.“

   -Hay una probabilidad entre mil de que lo hallemos en la casa -siguió mi amigo, mientras regresábamos a toda velocidad por el camino-. Sin duda los disparos le han hecho saber que ha perdido la partida.

   „Ich wette tausend zu eins, dass wir ihn nicht zu Hause fi nden werden“, fuhr er fort, als wir rasch unsere Schritte den Weg zurück lenkten. „Die Schüsse dürften ihm verraten haben, dass sein Spiel aus ist.“

   -Estábamos algo lejos y la niebla ha podido amortiguar el ruido.

   „Wir waren ein ganzes Stück entfernt und der Nebel könnte sie gedämpft haben.“

   -Tenga usted la seguridad de que seguía al sabueso para llamarlo cuando terminara su tarea. No, no; se habrá marchado ya, pero lo registraremos todo y nos aseguraremos.

   „Er folgte dem Hund, um ihn zurückrufen zu können, da können Sie sicher sein. Nein, nein, er ist inzwischen fort! Doch wir werden das Haus durchsuchen, um sicherzugehen.“

   La puerta principal estaba abierta, de manera que irrumpimos en la casa y recorrimos velozmente todas las habitaciones, con gran asombro del anciano y tembloroso sirviente que se tropezó con nosotros en el pasillo. No había otra luz que la del comedor, pero Holmes se apoderó de la lámpara y no dejó rincón de la casa sin explorar. Aunque no aparecía por ninguna parte el hombre al que perseguíamos, descubrimos que en el piso alto uno de los dormitorios estaba cerrado con llave.

   Die Haustür stand offen, also stürzten wir hinein und eilten von Zimmer zu Zimmer zur Verwunderung eines schlotternden alten Dieners, der uns im Flur entgegen kam. Abgesehen vom Esszimmer brannte nirgends Licht, doch Holmes hatte sich eine Lampe geschnappt und ließ keinen Winkel des Hauses unerforscht. Nicht das geringste Anzeichen des Mannes, den wir suchten, war zu fi nden. Im oberen Stock war jedoch eines der Schlafzimmer abgeschlossen.

   -¡Aquí dentro hay alguien! -exclamó Lestrade-. Oigo ruidos. ¡Abra la puerta!

   „Da ist jemand drinnen“, rief Lestrade. „Ich kann ein Geräusch hören. Öffnen Sie die Tür!“

   Del interior brotaban débiles gemidos y crujidos. Holmes golpeó con el talón exactamente encima de la cerradura y la puerta se abrió inmediatamente. Pistola en mano, los tres irrumpimos en la habitación.

   Ein unterdrücktes Stöhnen und Röcheln war zu hören. Holmes trat mit der fl achen Seite seines Fußes direkt oberhalb des Schlosses gegen die Tür und sie fl og auf. Mit den Pistolen in der Hand stürmten wir in das Zimmer.

   Pero en su interior tampoco se hallaba el criminal desafiante que esperábamos ver y sí, en cambio, un objeto tan extraño y tan inesperado que por unos instantes no supimos qué hacer, mirándolo asombrados.

   Doch von dem verzweifelten und trotzigen Schurken, den wir zu fi nden erwartet hatten, war keine Spur zu sehen. Statt dessen bot sich uns ein so seltsamer und unerwarteter Anblick, dass wir einen Moment starr vor Erstaunen stehen blieben.

   El cuarto estaba arreglado como un pequeño museo y en las paredes se alineaban las vitrinas que albergaban la colección de mariposas diurnas y nocturnas cuya captura servía de distracción a aquel hombre tan complicado y tan peligroso. En el centro de la habitación había un pilar, colocado allí en algún momento para servir de apoyo a la gran viga, vieja y carcomida, que sustentaba el techo. A aquel pilar estaba atada una figura tan envuelta y tan tapada con las sábanas utilizadas para sujetarla que de momento no se podía decir si era hombre o mujer. Una toalla, anudada por detrás al pilar, le rodeaba la garganta. Otra le cubría la parte inferior del rostro y, por encima de ella, dos ojos oscuros -llenos de dolor y de vergüenza y de horribles preguntas- nos contemplaban. En un minuto habíamos arrancado la mordaza y desatado los nudos y la señora Stapleton se derrumbó delante de nosotros. Mientras la hermosa cabeza se le doblaba sobre el pecho vi, cruzándole el cuello, el nítido verdugón de un latigazo.

   Das Zimmer war zu einem kleinen Museum umgestaltet worden und an den Wänden standen Reihen von Kästen mit Glasdeckeln, in welchen sich die Sammlung von Schmetterlingen und Faltern befand, die das Hobby dieses komplizierten und gefährlichen Mannes waren. In der Mitte des Raums stand ein Pfeiler, der dort nachträglich eingebaut worden war, um die alte, wurmzerfressene Holzdecke zu stützen. An diesen Pfeiler war eine Gestalt angebunden, die so sehr in Stofftücher eingehüllt war, dass wir zunächst nicht sagen konnten, ob es sich um eine Frau oder einen Mann handelte. Ein Handtuch war um ihren Hals geschlungen und an der Rückseite des Pfostens befestigt, ein anderes bedeckte die untere Hälfte des Gesichts, über welcher uns zwei dunkle Augen voller Kummer, Scham und mit einem fragendem Ausdruck anstarrten. Im Handumdrehen hatten wir den Knebel entfernt sowie die Fesseln gelöst, und Mrs. Stapleton sank vor uns auf den Fußboden. Als ihr schöner Kopf auf ihre Brust fi el, sah ich den deutlichen roten Striemen eines Peitschenhiebes auf ihrem Nacken.

   -¡Qué canalla! -exclamó Holmes-. ¡Lestrade, por favor, su frasco de brandy! ¡Llévenla a esa silla! Los malos tratos y la fatiga han hecho que pierda el conocimiento.

   „Der Schuft!“ rief Holmes. „Hier, Lestrade, Ihre Brandyfl asche! Setzen Sie sie auf den Stuhl. Sie ist von den Misshandlungen und vor Erschöpfung ohnmächtig geworden.“

   La señora Stapleton abrió de nuevo los ojos.

   Sie öffnete ihr Augen.

   -¿Está a salvo? -preguntó-. ¿Ha escapado?

   „Ist er in Sicherheit?“ fragte sie. „Ist er entkommen?“

   -No se nos escapará, señora.

   „Er kann uns nicht entkommen, Madam.“

   -No, no; no me refiero a mi marido. ¿Está Sir Henry a salvo?

   „Nein, nein, ich meine nicht meinen Ehemann. Sir Henry? Ist er in Sicherheit?“

   -Sí.

   „Ja.“

   -¿Y el sabueso?

   „Und der Hund?“

   -Muerto.

   „Der Hund ist tot.“

   La señora Stapleton dejó escapar un largo suspiro de satisfacción.

   Sie stieß einen tiefen Seufzer der Erleichterung aus.

   -¡Gracias a Dios! ¡Gracias a Dios! ¡El muy canalla! ¡Vean cómo me ha tratado! -retiró las mangas del vestido para mostrarnos los brazos y vimos con horror que estaban llenos de cardenales-. Pero esto no es nada, ¡nada! Lo que ha torturado y profanado han sido mi mente y mi alma. Lo he soportado todo, malos tratos, soledad, una vida de engaño, todo, mientras aún podía agarrarme a la esperanza de que seguía queriéndome, pero ahora sé que también en eso he sido su víctima y su instrumento -unos sollozos apasionados interrumpieron sus palabras.

   „Gott sei Dank! Gott sei Dank! Dieser Schuft! Sehen Sie, wie er mich behandelt hat!“ Sie schob ihre Ärmel hoch und wir sahen mit Entsetzen, dass ihre Arme über und über mit Striemen bedeckt waren. „Aber das war gar nichts! Es sind mein Herz und meine Seele, die er gequält und geschändet hat. Solange ich Hoffnung hatte, dass er mich liebte, konnte ich alles ertragen, Misshandlungen, Einsamkeit, ein Leben voller Enttäuschung, aber jetzt ist mir klar geworden, dass er mich als Werkzeug benutzt hat.“ Während sie sprach, brach Sie in fürchterliches Schluchzen aus.

   -Puesto que no tiene usted motivo alguno para estarle agradecida -le dijo Holmes-, infórmenos de dónde podemos encontrarlo. Si alguna vez le ha ayudado en el mal, colabore ahora con nosotros y expíe el pasado de ese modo.

   „So schulden Sie ihm nichts“, sagte Holmes. „Sagen Sie uns dann, wo wir ihn fi nden können. Haben Sie ihm je bei seinen Untaten geholfen, so helfen Sie jetzt uns und büßen Sie dadurch.“

   -Sólo hay un sitio a donde puede haber escapado -respondió ella-. Existe una vieja mina de estaño en la isla que ocupa el corazón de la ciénaga. Allí encerraba a su sabueso y también allí hizo preparativos por si alguna vez necesitaba un refugio. Habrá ido en esa dirección.

   „Es gibt nur einen Ort, an den er gefl üchtet sein kann“, antwortete sie. „Es gibt eine alte Zinnmine auf einer Insel inmitten des Moors. Dort hat er seinen Hund versteckt und auch eine Zufl ucht vorbereitet. Bestimmt ist er dorthin gefl ohen.“

   La niebla descansaba sobre la ventana como una capa de lana blanca. Holmes acercó la lámpara a los cristales.

   Die Nebelbank lag wie weiße Wolle vor dem Fenster. Holmes beschien sie mit der Lampe.

   -Vea -dijo-. Esta noche nadie es capaz de adentrarse en la gran ciénaga de Grimpen.

   „Sehen Sie“, sagte er. „Niemand kann in dieser Nacht den richtigen Weg durch das Grimpener Moor fi nden.“

   La señora Stapleton se echó a reír y empezó a dar palmadas. Sus ojos y sus dientes brillaron con una alegría feroz.

   Sie lachte und schlug die Hände zusammen. Ihre Augen und Zähne blitzten vor grimmiger Freude.

   -Tal vez haya conseguido entrar, pero no saldrá -exclamó-. No podrá ver las varitas que sirven de guía. Las colocamos juntos para señalar la senda a través de la ciénaga. ¡Ah, si hubiera podido arrancarlas hoy! Entonces seguro que lo tendrían ustedes a su merced.

   „Er mag den Weg hinein fi nden, aber niemals wieder heraus“, rief sie. „Wie kann er heute Nacht die Stecken fi nden, die ihn führen? Wir haben sie zusammen gepfl anzt, er und ich, um den Weg durch das Moor zu markieren. Oh, hätte ich sie nur heute herausgerissen! Dann wäre er Ihnen wirklich ausgeliefert!“

   Evidentemente era inútil proseguir la búsqueda antes de que levantara la niebla. Dejamos a Lestrade para que custodiara la casa y Holmes y yo regresamos a la mansión con el baronet. Ya no podíamos ocultarle por más tiempo la historia de los Stapleton, pero encajó con mucho valor las revelaciones sobre la mujer de la que se había enamorado. De todos modos, la impresión producida por las aventuras nocturnas le había destrozado los nervios y poco después deliraba ya con una fiebre muy alta, atendido por el doctor Mortimer. Los dos estaban destinados a dar la vuelta al mundo antes de que Sir Henry volviese a ser el hombre robusto y cordial que fuera antes de convertirse en el dueño de aquella mansión cargada con el peso de la leyenda.

   Es war offensichtlich, dass jede Verfolgung sinnlos war, bevor sich der Nebel verzogen hatte. So ließen wir Lestrade in Stapletons Haus zurück, während Holmes und ich mit dem Baronet nach Baskerville Hall zurückkehrten. Die Wahrheit über die Stapletons konnte ihm nicht länger verheimlicht werden, doch hielt er dem Schlag tapfer stand, als wir ihm über die Frau berichteten, die er geliebt hatte. Doch hatte der Schrecken der nächtlichen Abenteuer seine Nerven angegriffen, und bevor der Morgen graute, lag er mit hohem Fieber darnieder und Dr. Mortimer pfl egte ihn. Die beiden mussten erst zusammen eine Weltreise unternehmen, damit Sir Henry wieder der gesunde und kräftige Mann wurde, der er gewesen war, bevor er der Herr dieses verwünschten Anwesens wurde.

   Y ya sólo me queda llegar rápidamente al desenlace de esta narración singular con la que he tratado de conseguir que el lector compartiera los miedos oscuros y las vagas conjeturas que ensombrecieron durante tantas semanas nuestras vidas y que concluyeron de manera tan trágica. A la mañana siguiente se levantó la niebla y la señora Stapleton nos llevó hasta el sitio donde ella y su esposo habían encontrado un camino practicable para penetrar en el pantano. El interés y la alegría con que aquella mujer nos puso sobre la pista de su marido nos ayudaron a comprender mejor los horrores de su vida con Stapleton. La dejamos en la estrecha península de suelo firme de turba que acababa desapareciendo en la ciénaga. A partir de allí unas varitas clavadas en la tierra iban mostrando el sendero, que zigzagueaba de juncar enjuncar entre las pozas llenas de verdín y los fétidos cenagales que cerraban el paso a cualquier intruso. Los abundantes juncos y las exuberantes y viscosas plantas acuáticas despedían olor a putrefacción y nos lanzaban a la cara densos vapores miasmáticos, mientras que al menor paso en falso nos hundíamos hasta el muslo en el oscuro fango tembloroso que, a varios metros a la redonda, se estremecía en suaves ondulaciones bajo nuestros pies, tiraba con tenacidad de nuestros talones mientras avanzábamos y, cada vez que nos hundíamos en él, se transformaba en una mano malévola que quería llevarnos hacia aquellas horribles profundidades: tal era la intensidad y la decisión del abrazo con que nos sujetaba. Sólo una vez comprobamos que alguien había seguido senda tan peligrosa antes de nosotros. Del centro del matorral de juncias que lo mantenía fuera del fango sobresalía un objeto oscuro. Holmes se hundió hasta la cintura al salirse del sendero para recogerlo, y si no hubiéramos estado allí para ayudarlo nunca hubiera vuelto a poner el pie en tierra firme. Lo que alzó en el aire fue una bota vieja de color negro. «Meyers, Toronto» estaba impreso en el interior del cuero.

   Und nun will ich rasch zum Ende dieser ungewöhnlichen Erzählung kommen, in welcher ich mich bemüht habe, den Leser an all jenen düsteren Ängsten und vagen Befürchtungen teilhaben zu lassen, die unser Leben so lange verdunkelt haben und auf so tragische Weise endeten. Am Morgen nach dem Tod des Hundes hatte sich der Nebel gelichtet, und Mrs. Stapleton führte uns zu der Stelle, wo sie einen Weg durch das Moor markiert hatten. Es half uns, die Leiden im Leben dieser Frau zu verstehen, als wir den Eifer und die Freude sahen, mit welcher sie uns auf die Fährte ihres Mannes brachte. Wir ließen sie auf einer sicheren und soliden Halbinsel zurück, die in das sich um sie herum ausbreitende Moor hineinragte. Von dort aus zeigten uns hier und dort angepfl anzte Stecken den Weg, der im Zickzack zwischen mit grünem Schaum bedeckten Tümpeln und übel riechenden Morastlöchern, die dem Fremden den Durchgang versperrten, entlang führte. Schlanke Gräser und üppige, schleimige Wasserpfl anzen sonderten einen modrigen Geruch und schwere Ausdünstungen ab, während ein falscher Schritt uns mehr als einmal tief in dem dunklen, schmatzenden Moor versinken ließ, das viele Meter weit um unsere Füße herum vor sich hin waberte. Sein zäher Griff packte unsere Knöchel, während wir liefen, und wenn wir einsanken, schien es, als ob eine heimtückische Hand uns in diese widerwärtigen Tiefen ziehen wollte, so fest und hinterhältig griff der Sumpf nach uns. Nur einmal sahen wir eine Spur davon, dass jemand vor uns schon diesen gefährlichen Weg gegangen war. Inmitten eines Büschels Riedgrases, das aus dem Schleim aufragte, lag etwas Dunkles. Holmes versank bis zur Hüfte im Schlamm, als der den Pfad verließ, um es aufzuheben, und wären wir nicht bei ihm gewesen, um ihn herauszuziehen, er hätte wohl nie mehr seinen Fuß auf festen Grund gesetzt. Er hielt einen alten, schwarzen Schuh in die Luft. „Meyers, Toronto“, war auf die Innenseite des Leders gedruckt.

   -El baño de barro estaba justificado -dijo Holmes-. Es la bota perdida de nuestro amigo Sir Henry.

   „Das war das Schlammbad wert“, sagte er. „Es ist der vermisste Schuh unseres Freundes Sir Henry.“

   -Arrojada aquí por Stapleton en su huida.

   „Von Stapleton auf seiner Flucht dort weggeworfen.“

   -En efecto. Siguió con ella en la mano después de utilizarla para poner al sabueso en la pista del baronet. Luego, todavía empuñando la bota, escapó al darse cuenta de que había perdido la partida. Y la arrojó lejos de sí en este sitio durante su huida. Ya sabemos al menos que logró llegar hasta aquí.

   „So ist es. Er behielt ihn in seiner Hand, nachdem er ihn benutzt hatte, um den Hund auf die richtige Fährte zu bringen. Als er merkte, dass das Spiel aus war, fl oh er und hielt ihn dabei noch immer in der Hand. Erst an dieser Stelle warf er ihn fort. Wenigstens wissen wir, dass er sicher bis hierhin gekommen ist.“

   Pero no estábamos destinados a saber nada más, aunque pudimos deducir muchas otras cosas. No existía la menor posibilidad de encontrar huellas en el pantano, porque el barro que se alzaba con cada pisada las cubría rápidamente y, aunque las buscamos ávidamente cuando por fin llegamos a tierra firme, nunca encontramos ni el menor rastro. Si la tierra nos contó una historia verdadera, hay que creer que Stapleton nunca llegó a la isla que aquella última noche trató de alcanzar entre la niebla y en la que esperaba refugiarse. Hundido en algún lugar del corazón de la gran ciénaga, en el fétido limo del enorme pantano que se lo había tragado, quedó enterrado para siempre aquel hombre frío de corazón despiadado.

   Doch mehr als das sollten wir niemals erfahren, auch wenn wir eine Menge vermuteten. Es gab keine Möglichkeiten, Fußabdrücke im Moor zu fi nden, da der Schlamm sie umgehend wieder füllte, aber als wir schließlich wieder festeren Boden erreichten, suchten wir gründlich nach ihnen, doch haben wir niemals nur das kleinste Anzeichen gefunden. Wenn der Boden uns die Wahrheit erzählte, hat Stapleton diese Zufl uchtsinsel, die er durch den Nebel jener letzten Nacht ansteuerte, nie erreicht. Irgendwo inmitten des großen Grimpener Moores, versunken im fauligen Schleim des Morastes, der ihn nach unten gezogen hatte, liegt dieser eiskalte und grausame Mann für immer begraben.

   En la isla del centro del pantano donde escondía a su cruel aliado hallamos muchos rastros de su presencia. Una enorme rueda motriz y un pozo lleno a medias de escombros señalaban la posición de una mina abandonada. Junto a ella se encontraban los derruidos restos de unas chozas; los mineros, sin duda, habían terminado por marcharse, incapaces de resistir el hedor apestoso que los rodeaba. En una de ellas una armella y una cadena, junto a unos huesos roídos, mostraban el sitio donde el sabueso permanecía confinado. Entre los demás restos encontramos un esqueleto que tenía pegados unos mechones castaños.

   Auf der vom Moor umschlossenen Insel, wo er seinen wilden Helfer verborgen hatte, fanden wir einige Spuren von ihm. Ein großes Steuerrad und ein halb verschütteter Schacht zeigten uns, wo sich die verlassene Mine befunden hatte. Daneben lagen die verfallenen Reste von Behausungen der Minenarbeiter, die zweifellos von den sie umgebenden fauligen Dünsten vertrieben worden waren. In einer von ihnen zeigten uns ein Ring mit Kette und eine Anzahl abgenagter Knochen, wo der Hund gehalten worden war. Zwischen den Abfällen lag ein Skelett, an welchem noch ein Büschel brauner Haare hing.

   -¡Un perro! -dijo Holmes-. Sin duda un spaniel de pelo rizado. El pobre Mortimer nunca volverá a ver a su preferido. Bien; no creo que este lugar contenga ningún secreto que no hayamos descubierto ya. Stapleton escondía al sabueso, pero no podía impedir que se le oyera, y de ahí los aullidos que ni siquiera durante el día resultaban agradables. En los momentos críticos podía encerrarlo en una de las dependencias de Merripit, pero eso significaba correr un riesgo, y sólo el gran día, la jornada en que Stapleton iba a culminar todos sus esfuerzos, se atrevió a hacerlo. La pasta que hay en esa lata es sin duda la mezcla luminosa con que embadurnaba al animal. La idea se la sugirió, por supuesto, la leyenda del sabueso infernal y el deseo de dar un susto de muerte al anciano Sir Charles. No tiene nada de extraño que Selden, aquel pobre diablo, corriera y gritara, como lo ha hecho nuestro amigo, y como podíamos haberlo hecho nosotros, cuando vio a semejante criatura siguiendo su rastro a grandes saltos por el páramo a oscuras. Era una estratagema muy astuta, porque, además de la posibilidad de provocar la muerte de la víctima elegida, ¿qué campesino se atrevería a interesarse de cerca por semejante criatura en el caso de que, como les ha sucedido a muchos, la viera por el páramo? Lo dije en Londres, Watson, y lo repito ahora: nunca hemos contribuido a acabar con un hombre tan peligroso como el que ahí yace -y extendió su largo brazo hacia la enorme extensión de la ciénaga, cubierta de manchas verdes, que se prolongaba hasta confundirse con el color rojizo del páramo.

   „Ein Hund“, sagte Holmes. „Bei Jupiter, ein kraushaariger Spaniel. Der arme Mortimer wird seinen Schoßhund niemals wiedersehen. Nun, ich glaube nicht, dass dieser Ort noch ein Geheimnis enthält, das wir nicht schon entdeckt haben. Er konnte zwar seinen Hund verbergen, aber er konnte sein Heulen nicht abstellen, daher dieses Heulen, das auch bei Tageslicht nicht schön anzuhören war. Für den Notfall konnte er den Hund auch in seinem Gartenhaus unterbringen, aber das war immer ein Risiko, das er erst an jenem Tag einging, den er als Erfüllung seiner Mühen ansah. Diese Paste in der Dose ist ganz klar die Leuchtfarbe, mit welcher der Hund bemalt wurde. Natürlich wurde das von der alten Familienlegende des Höllenhundes angeregt und durch die Idee, den alten Sir Charles zu Tode zu erschrecken. Kein Wunder, dass der arme Sträfl ing, ebenso wie unser Freund und wir es selbst wohl auch getan hätten, vor Todesangst davonlief und schrie, als er diese Kreatur durch die Dunkelheit über das Moor ihm nachjagen sah. Es war ein schlauer Plan, denn abgesehen von der Möglichkeit, dein Opfer zu Tode zu erschrecken, welcher Bauer würde es wagen, ein solches Geschöpf, falls er ihm auf dem Moor begegnen würde, näher zu untersuchen? Ich habe es dir in London gesagt, Watson, und sage es wieder, niemals haben wir einen gefährlicheren Mann verfolgt als jenen, der irgendwo hier unten liegt...“ Er zeigte mit seinen langen Armen auf die unendliche Fläche des grün-gesprenkelten Moores, das sich vor uns bis zu den weit in der Ferne liegenden roten Hängen der Hügel erstreckte.