El Sabueso de los Baskerville

Le Chien des Baskerville

   CAPÍTULO TRECE

   XIII

   PREPARANDO LAS REDES

   FILETS TENDUS

   -¡Ya era hora de que nos viéramos las caras! -dijo Holmes mientras caminábamos juntos por el páramo-. ¡Qué gran dominio de sí mismo! Extraordinaria su recuperación después del terrible golpe que le ha supuesto descubrir cuál había sido la verdadera víctima de su intriga. Ya se lo dije en Londres, Watson, y se lo repito ahora: nunca hemos encontrado otro enemigo más digno de nuestro acero.

   « Nous touchons au moment critique, me dit Sherlock, tandis que nous marchions silencieusement. Cet homme est joliment fort ! Au lieu de sir Henry, c’est Selden qui tombe victime de ses machinations…. Avez-vous remarqué comment il a supporté ce coup, qui en aurait paralysé bien d’autres. Je vous l’ai dit à Londres, Watson, et je vous le répète ici, nous n’avons jamais eu à combattre d’ennemi plus digne de nous.

   -Siento que le haya visto, Holmes.

   — Je regrette qu’il vous ait vu.

   -Al principio también lo he sentido yo. Pero no se podía evitar.

   — Je le regrettais aussi, tout d’abord. Mais il n’y avait pas moyen d’éviter cette rencontre.

   -¿Qué efecto cree que tendrá sobre sus planes?

   — Pensez-vous que votre présence au château modifie ses plans ? demandai-je.

   -Puede hacerle más cauteloso o empujarlo a decisiones desesperadas. Como la mayor parte de los criminales inteligentes, quizá confíe demasiado en su ingenio y se imagine que nos ha engañado por completo.

   — Elle peut le rendre plus prudent ou, au contraire, le pousser à la témérité. Comme la plupart des criminels habiles, il est capable de trop compter sur son habileté et de croire qu’il nous a dupés.

   -¿Por qué no lo detenemos inmediatamente?

   — Pourquoi ne l’avons-nous pas arrêté ?

   -Mi querido Watson, no hay duda de que nació usted para hombre de acción. Su instinto le lleva siempre a hacer algo enérgico. Pero supongamos, como simple hipótesis, que hacemos que lo detengan esta noche, ¿qué es lo que sacaríamos en limpio? No podemos probar nada contra él. ¡En eso estriba su astucia diabólica! Si actuara por medio de un agente humano podríamos obtener alguna prueba, pero aunque lográramos sacar a ese enorme perro a la luz del día, seguiríamos sin poder colocar a su amo una cuerda alrededor del cuello.

   — Mon cher Watson, vous êtes un homme d’action, vous ! Votre tempérament vous porte aux actes d’énergie. Mais supposons, par exemple, que nous l’ayons arrêté tout à l’heure, qu’en serait-il résulté de bon pour nous ? Quelles preuves fournirions-nous contre lui ? C’est en cela qu’il est rusé comme un démon. Si nous tenions un complice qui fût en mesure de déposer devant les juges, passe encore ! J’admets même que nous nous emparions de ce chien…. Il ne constituerait pas une preuve suffisante pour qu’on nouât une corde autour du cou de son maître.

   -Estoy seguro de que disponemos de pruebas suficientes.

   -Ni muchísimo menos: tan sólo de suposiciones y conjeturas. Seríamos el hazmerreír de un tribunal si nos presentáramos con semejante historia y con semejantes pruebas.

   -Está la muerte de Sir Charles.

   — Il y a la mort de sir Charles.

   -No se encontró en su cuerpo la menor señal de violencia. Usted y yo sabemos que murió de miedo y sabemos también qué fue lo que le asustó, pero, ¿cómo vamos a conseguir que doce jurados impasibles también lo crean? ¿Qué señales hay de un sabueso? ¿Dónde están las huellas de sus colmillos? Sabemos, por supuesto, que un sabueso no muerde un cadáver y que Sir Charles estaba muerto antes de que el animal lo alcanzara. Pero todo eso tenemos que probarlo y no estamos en condiciones de hacerlo.

   — L’examen de son cadavre n’a révélé aucune trace de blessure. Vous et moi, nous savons qu’une frayeur l’a tué et nous connaissons la cause de cette frayeur. Mais comment faire pénétrer cette certitude dans le cœur de douze jurés imbéciles ? Comment prouver l’intervention du chien ? Où est la marque de ses crocs ? D’ailleurs, un chien ne mord jamais un cadavre, et sir Charles était trépassé, lorsque l’animal l’atteignit. Nous devrions établir tout cela, vous dis-je, et nous sommes loin de pouvoir le faire.

   -¿Y qué me dice de lo que ha sucedido esta noche?

   — Et le drame de cette nuit ?

   -No salimos mucho mejor parados. Una vez más no existe conexión directa entre el sabueso y la muerte de Selden. No hemos visto al animal en ningún momento. Lo hemos oído, es cierto; pero no podemos probar que siguiera el rastro del preso. No hay que olvidar, además, la total ausencia de motivo. No, mi querido Watson; hemos de reconocer que en el momento actual carecemos de las pruebas necesarias y también que merece la pena correr cualquier riesgo con tal de conseguirlas.

   — Il ne nous a rien apporté de concluant. Quelle relation directe existe-t-il entre le chien et la mort de Selden ? Avons-nous vu la bête ?

    — Non ; mais nous l’avons entendue.

    — Je vous l’accorde. Prouvez-moi qu’elle poursuivait le convict… Pour quelle raison, cette poursuite ? Moi, je n’en trouve pas…. Non, mon cher Watson, il faut nous résigner à la pensée que nous ne pouvons formuler aucune accusation précise et nous efforcer de recueillir des preuves indiscutables.

   -Y, ¿cómo se propone usted lograrlas?

   — Comment y arriver ?

   -Espero mucho de la ayuda que nos preste la señora Laura Lyons cuando sepa exactamente cómo están las cosas. Y cuento además con mi propio plan. No hay que preocuparse del mañana, porque a cada día le basta su malicia 1, pero no pierdo la esperanza de que antes de veinticuatro horas hayamos ganado la batalla.

   — Par Mme Laura Lyons. Lorsque nous l’aurons renseignée sur le compte de Stapleton, elle nous sera d’un grand secours. J’ai mes plans, moi aussi !… Attendons-nous à de graves événements pour la journée de demain…. Toutefois, avant vingt-quatre heures, j’espère bien avoir définitivement le dessus. »

   No logré que me dijera nada más y hasta que llegamos a las puertas de la mansión de los Baskerville siguió perdido en sus pensamientos.

   Holmes borna là ses confidences. Il continua à marcher, perdu dans ses réflexions, jusqu’à la porte du château de Baskerville.

   -¿Va usted a entrar?

   « Entrez-vous ? lui demandai-je,

   -Sí; no veo razón alguna para seguir escondiéndome. Pero antes una última advertencia, Watson. Ni una palabra del sabueso a Sir Henry. Para él Selden ha muerto como Stapleton quisiera que creyéramos. Se enfrentará con más tranquilidad a la dura prueba que le espera mañana, puesto que se ha comprometido, si recuerdo correctamente su informe, a cenar con esas personas.

   — Pourquoi pas ? Je n’ai plus de raisons de me cacher…. Encore un mot, Watson. Ne parlez pas du chien à sir Henry…. Qu’il pense de la mort de Selden ce que Stapleton voulait que nous crussions nous-mêmes ! Il n’en sera que plus dispos pour l’épreuve qu’il subira demain. Vous m’avez dit qu’il est invité à dîner à Merripit house ?

   -Yo debo acompañarlo.

   — Je le suis également.

   -Tendrá que disculparse, porque Sir Henry ha de ir solo. Eso lo arreglaremos sin dificultad. Y ahora creo que los dos necesitaremos un tentempié en el caso de que lleguemos demasiado tarde para la cena.

   — Vous vous excuserez…. Sir Henry doit seul accepter l’invitation. Nous inventerons un bon prétexte à votre absence. Et maintenant allons prier le baronnet de nous donner à souper. »

   Más que sorprenderse, Sir Henry se alegró de ver a Sherlock Holmes, porque esperaba, desde varios días atrás, que los recientes acontecimientos lo trajeran de Londres. Alzó sin embargo las cejas cuando descubrió que mi amigo llegaba sin equipaje y no hacía el menor esfuerzo por explicar su falta. Entre el baronet y yo muy pronto proporcionamos a Holmes lo que necesitaba y luego, durante nuestro tardío tentempié, explicamos al baronet todo aquello que parecía deseable que supiera. Pero antes me correspondió la desagradable tarea de comunicar a Barrymore y a su esposa la noticia de la muerte de Selden. Para el mayordomo quizá fuera un verdadero alivio, pero su mujer lloró amargamente, cubriéndose el rostro con el delantal. Para el resto del mundo Selden era el símbolo de la violencia, mitad animal, mitad demonio; pero para su hermana mayor seguía siendo el niñito caprichoso de su adolescencia, el pequeño que se aferraba a su mano. Muy perverso ha de ser sin duda el hombre que no tenga una mujer que llore su muerte.

   En raison des derniers événements, sir Henry attendait depuis quelques jours l’arrivée de Sherlock Holmes. Aussi se montra-t-il plus satisfait que surpris de le voir. Toutefois il ouvrit de grands yeux en s’apercevant que mon ami n’avait pas de bagages et ne lui donnait aucune explication sur cette absence de valise. Nous procurâmes à Sherlock tout ce dont il pouvait avoir besoin et, après un dîner servi bien longtemps après l’heure accoutumée, nous apprîmes au baronnet ce qu’il nous importait qu’il connût de mon aventure. Auparavant, j’avais eu la corvée de raconter à Barrymore et à sa femme la mort de Selden. Cette nouvelle causa au valet de chambre un soulagement sans égal ; mais Mme Barrymore porta son tablier à ses yeux et pleura amèrement. Pour tout le monde, le convict était un être violent, moitié brute et moitié démon ; pour elle, il demeurait toujours l’enfant volontaire qui s’attachait à ses jupes, à l’époque où elle était jeune fille.

   -No he hecho otra cosa que sentirme abatido desde que Watson se marchó por la mañana -dijo el baronet-. Imagino que se me debe reconocer el mérito, porque he cumplido mi promesa. Si no hubiera jurado que no saldría solo, podría haber pasado una velada más entretenida, porque Stapleton me envió un recado para que fuese a visitarlo.

   « J’ai erré tristement dans la maison depuis le départ matinal de Watson, dit le baronnet. Je mérite des compliments pour la façon dont j’ai tenu ma promesse. Si je ne vous avais pas juré de ne pas sortir seul, j’aurais pu passer une meilleure soirée…. Les Stapleton m’avaient prié d’aller dîner chez eux.

   -No tengo la menor duda de que habría pasado una velada más animada -dijo Holmes con sequedad-. Por cierto, no sé si se da cuenta de que durante algún tiempo hemos lamentado su muerte, convencidos de que tenía el cuello roto.

   — Je suis certain que vous auriez passé une meilleure soirée, répondit Holmes sèchement. En tout cas, vous n’avez pas l’air de vous douter que nous avons pleuré votre mort. »

   Sir Henry abrió mucho los ojos.

    -¿Cómo es eso?

   Sir Henry releva la tête. « Comment cela ? demanda-t-il.

   -Ese pobre infeliz llevaba puesta su ropa desechada. Temo que el criado que se la dio tenga dificultades con la policía.

   — Ce pauvre diable de Selden portait des vêtements qui vous avaient appartenu. Je crains fort que votre domestique, de qui il les tenait, n’ait maille à partir avec la police.

   -No es probable. Esas prendas carecían de marcas, si no recuerdo mal.

   — C’est impossible. Autant qu’il m’en souvienne, ces vêtements n’étaient pas marqués à mon chiffre.

   -Es una suerte para él..., de hecho es una suerte para todos ustedes, ya que todos han transgredido la ley. Me pregunto si, en mi calidad de detective concienzudo, no me correspondería arrestar a todos los habitantes de la casa. Los informes de Watson son unos documentos sumamente comprometedores.

   — Tant mieux pour Barrymore… et pour vous aussi, car, tous, dans cette affaire, vous avez agi contre les prescriptions de la loi. Je me demande même si, en ma qualité de détective consciencieux, mon premier devoir ne serait pas d’arrêter toute la maisonnée…. Les rapports de Watson vous accablent…

   -Pero, dígame, ¿cómo va el caso? -preguntó el baronet-. ¿Ha encontrado usted algún cabo que permita desenredar este embrollo? Creo que ni Watson ni yo sabemos ahora mucho más de lo que sabíamos al llegar de Londres.

   — Faites ! » dit le baronnet en riant. Puis, redevenant sérieux, il ajouta : « Quoi de neuf, à propos de votre affaire ? Avez-vous un peu débrouillé l’écheveau ? Je ne crois pas que, depuis votre arrivée ici, nous ayons fait un pas en avant, Watson et moi.

   -Me parece que dentro de poco estaré en condiciones de aclararle en gran medida la situación. Ha sido un asunto extraordinariamente difícil y complicado. Quedan varios puntos sobre los que aún necesitamos nuevas luces, pero llevaremos el caso a buen término de todos modos.

   — Avant qu’il soit longtemps, j’espère avoir déblayé le terrain et rendu votre situation sensiblement plus claire. Tout cela est très difficile, très compliqué. Il existe encore quelques points sur lesquels la lumière est nécessaire…. Mais elle est en marche, la lumière !

   -Como sin duda Watson le habrá contado ya, hemos tenido una extraña experiencia. Oímos al sabueso en el páramo, por lo que estoy dispuesto a jurar que no todo es superstición vacía. Tuve alguna relación con perros cuando viví en el Oeste americano y reconozco sus voces cuando las oigo. Si es usted capaz de poner a ése un bozal y de atarlo con una cadena, estaré dispuesto a afirmar que es el mejor detective de todos los tiempos.

   — Watson vous a certainement appris que nous avions acquis une certitude, reprit le baronnet. Nous avons entendu le chien hurler sur la lande, et je jurerais bien que la légende accréditée dans le pays n’est pas une vaine superstition. Autrefois, quand je vivais en Amérique, dans le Far-West, j’ai eu des chiens et je ne puis me méprendre sur leurs hurlements. Si vous parvenez à museler celui-là, je vous proclamerai partout le plus grand détective des temps modernes.

   -No abrigo la menor duda de que le pondré el bozal y la cadena si usted me ayuda.

   — Je crois que je le musellerai et que je l’enchaînerai facilement, à la condition que vous consentiez à m’aider.

   -Haré todo lo que me diga.

   — Je ferai tout ce que vous me commanderez.

   -De acuerdo, pero le voy a pedir además que me obedezca a ciegas, sin preguntar las razones.

   — Parfait…. Je vous demande en outre de m’obéir aveuglément, sans vous enquérir des raisons qui me guident.

   -Como usted quiera.

   — Je m’y engage.

   -Si lo hace, creo que son muchas las probabilidades de que resolvamos muy pronto nuestro pequeño problema. No tengo la menor duda...

   — Si vous tenez cette promesse, nous avons les plus grandes chances de résoudre bientôt le problème qui vous intéresse. Je n’ai aucun doute…. »

   Holmes se interrumpió de pronto y miró fijamente al aire por encima de mi cabeza. La luz de la lámpara le daba en la cara y estaba tan embebido y tan inmóvil que su rostro podría haber sido el de una estatua clásica, una personificación de la vigilancia y de la expectación.

   Sherlock Holmes s’arrêta soudain pour regarder en l’air, au-dessus de ma tête. La lumière de la lampe tombait d’aplomb sur son visage, qui avait pris une expression si attentive, si immobile, qu’il ressemblait à une tête de statue personnifiant l’étonnement et la réflexion.

   -¿Qué sucede? -exclamamos Sir Henry y yo.

   « Qu’y a-t-il ? » criâmes-nous, le baronnet et moi.

   Comprendí inmediatamente cuando bajó la vista que estaba reprimiendo una emoción intensa. Sus facciones mantenían el sosiego, pero le brillaban los ojos, jubilosos y divertidos.

   Lorsque les yeux de Sherlock se reportèrent sur nous, je vis qu’il réprimait une violente émotion intérieure.

   -Perdonen la admiración de un experto -dijo señalando con un gesto de la mano la colección de retratos que decoraba la pared frontera-. Watson niega que yo tenga conocimientos de arte, pero no son más que celos, porque nuestras opiniones sobre esa materia difieren. A decir verdad, posee usted una excelente colección de retratos.

   « Excusez l’admiration d’un connaisseur, dit-il à sir Henry, en étendant la main vers la série de portraits qui couvraient le mur. Watson me dénie toute compétence en matière d’art, par pure jalousie, parce que nous ne sommes pas de la même école. Vous avez là une fort belle collection de portraits.

   -Vaya, me agrada oírselo decir -replicó Sir Henry, mirando a mi amigo con algo de sorpresa-. No pretendo saber mucho de esas cosas y soy mejor juez de caballos o de toros que de cuadros. E ignoraba que encontrara usted tiempo para cosas así.

   — Je suis heureux de vous les entendre vanter, fit sir Henry, avec surprise. Je ne connais pas grand’chose à tout cela, et je ne puis mieux juger un cheval qu’un tableau. Je ne croyais pas que vous eussiez le temps de vous occuper de ces bagatelles.

   -Sé lo que es bueno cuando lo veo y ahora lo estoy viendo. Me atrevería a jurar que la dama vestida de seda azul es obra de Kneller y el caballero fornido de la peluca, de Reynolds. Imagino que se trata de retratos de familia.

   — Je sais apprécier le beau, quand je l’ai sous les yeux. Tenez, ceci est un Kneller…. Je parierais que cette dame en soie bleue, là-bas, ainsi que ce gros gentilhomme en perruque, doivent être des Reynolds. Des portraits de famille, je suppose ?

   -Absolutamente todos.

   — Tous.

   -¿Sabe quiénes son?

   — Savez-vous le nom de ces ancêtres ?

   -Barrymore me ha estado dando clases particulares y creo que ya me encuentro en condiciones de pasar con éxito el examen.

   — Barrymore m’en a rebattu les oreilles, et je crois que je puis réciter ma leçon.

   -¿Quién es el caballero del telescopio?

   — Quel est ce gentilhomme avec un télescope ?

   -El contralmirante Baskerville, que estuvo a las órdenes de Rodney en las Antillas. El de la casaca azul y el rollo de documentos es Sir William Baskerville, presidente de los comités de la Cámara de los Comunes en tiempos de Pitt.

   — Il s’appelait le vice-amiral de Baskerville et servit aux Indes sous Rodney. Celui qui a cet habit bleu et ce rouleau de papiers à la main fut sir William Baskerville, président des commissions de la Chambre des communes, sous Pitt.

   -¿Y el que está frente a mí, el partidario de Carlos I con el terciopelo negro y los encajes?

   — Et ce cavalier, en face de moi,… celui qui porte un habit de velours noir garni de dentelles ?

   -Ah; tiene usted todo el derecho a estar informado, porque es la causa de nuestros problemas. Se trata del malvado Hugo, que puso en movimiento al sabueso de los Baskerville. No es probable que nos olvidemos de él.

   — Il mérite qu’on vous le présente, car il est la cause de tous nos malheurs. Il se nomme Hugo, Hugo le maudit, celui pour qui l’enfer a vomi le chien des Baskerville. Nous ne sommes pas près de l’oublier. »

   Contemplé el retrato con interés y cierta sorpresa.

   Intéressé et surpris, j’examinai le portrait.

   -¡Caramba! -dijo Holmes-, parece un hombre tranquilo y de buenas costumbres, pero me atrevo a decir que había en sus ojos un demonio escondido. Me lo había imaginado como una persona más robusta y de aire más rufianesco.

   « Vraiment ! dit Holmes. Il a l’air d’un homme simple et paisible, mais cependant on devine dans ses yeux une pensée de mal qui sommeille. Je me le figurais plus robuste et d’aspect plus brutal.

   -No hay la menor duda sobre su autenticidad, porque por detrás del lienzo se indican el nombre y la fecha, 1647.

   — L’authenticité du portrait n’est pas douteuse ; le nom et la date – 1647 – se trouvent au dos de la toile. »

   Holmes no dijo apenas nada más, pero el retrato del juerguista de otros tiempos parecía fascinarle, y no apartó los ojos de él durante el resto de la comida. Tan sólo más tarde, cuando Sir Henry se hubo retirado a su habitación, pude seguir el hilo de sus pensamientos. Holmes me llevó de nuevo al refectorio y alzó la vela que llevaba en la mano para iluminar aquel retrato manchado por el paso del tiempo.

   Pendant le dîner, Holmes parla peu. Le portrait du vieux libertin exerçait sur lui une sorte de fascination, et ses yeux ne s’en détachèrent pas. Ce ne fut que plus tard, à l’heure où sir Henry se retira dans sa chambre, que mon ami me communiqua ses pensées. Nous redescendîmes dans la salle à manger, et, là, son bougeoir à la main, Holmes attira mon attention sur la vieille peinture que le temps avait recouverte de sa patine.

   -¿Ve usted algo especial?

   « Apercevez-vous quelque chose ? » me demanda Sherlock.

   Contemplé el ancho sombrero adornado con una pluma, los largos rizos que caían sobre las sienes, el cuello blanco de encaje y las facciones austeras y serias que quedaban enmarcadas por todo el conjunto. No era un semblante brutal, sino remilgado, duro y severo, con una boca firme de labios muy delgados y ojos fríos e intolerantes.

   J’examinai ce visage long et sévère, encadré par un grand chapeau à plumes, une abondante chevelure bouclée et une collerette de dentelles blanches. La physionomie, point bestiale, avait toutefois un air faux et mauvais, avec sa bouche en coup de sabre, ourlée de lèvres minces, et ses yeux insupportablement fixes.

   -¿Se parece a alguien que usted conozca?

   « Ressemble-t-il à quelqu’un que vous connaissiez ? me demanda Sherlock Holmes.

   -Hay algo de Sir Henry en la mandíbula.

   — Il a quelque chose des maxillaires de sir Henry, répondis-je.

   -Tan sólo una pizca, quizá. Pero, ¡aguarde un instante! Holmes se subió a una silla y, alzando la luz con la mano izquierda, dobló el brazo derecho para tapar con él el sombrero y los largos rizos.

   — Un phénomène de suggestion, probablement. Attendez un instant ! » Holmes monta sur une chaise et, élevant son bougeoir qu’il tenait de la main gauche, il arrondit son bras sur le portrait, de façon à cacher le large chapeau à plumes et les boucles de cheveux.

   -¡Dios del cielo! -exclamé, sin poder ocultar mi asombro.

   « Grand Dieu ! » m’écriai-je étonné.

   En el lienzo había aparecido el rostro de Stapleton.

   Le visage de Stapleton venait de surgir de la toile.

   -¡Ajá! Ahora lo ve ya. Tengo los ojos entrenados para examinar rostros y no sus adornos. La primera virtud de un investigador criminal es ver a través de un disfraz.

   « Voyez-vous, maintenant ? fît Holmes. Mes yeux sont exercés à détailler les traits des visages et non pas les accessoires. La première qualité de ceux qui se vouent à la recherche des criminels consiste à savoir percer les déguisements.

   -Es increíble. Podría ser su retrato.

   — C’est merveilleux. On dirait le portrait de Stapleton.

   -Sí; es un caso interesante de salto atrás en el cuerpo y en el espíritu. Basta un estudio de los retratos de una familia para convencer a cualquiera de la validez de la doctrina de la reencarnación. Ese individuo es un Baskerville, no cabe la menor duda.

   — Oui. Nous nous trouvons en présence d’un cas intéressant d’atavisme — aussi bien au physique qu’au moral. Il suffit d’étudier des portraits de famille pour se convertir à la théorie de la réincarnation. Ce Stapleton est un Baskerville — la chose me paraît hors de doute.

   -Y con intenciones muy definidas acerca de la sucesión.

   — Un Baskerville — avec des vues sur la succession, repartis-je.

   -Exacto. Gracias a ese retrato encontrado por casualidad, disponemos de un eslabón muy importante que todavía nos faltaba. Ahora ya es nuestro, Watson, y me atrevo a jurar que antes de mañana por la noche estará revoloteando en nuestra red tan impotente como una de sus mariposas. ¡Un alfiler, un corcho y una tarjeta y lo añadiremos a la colección de Baker Street!

    Holmes lanzó una de sus infrecuentes carcajadas mientras se alejaba del retrato. No le he oído reír con frecuencia, pero siempre ha sido un mal presagio para alguien.

   — Exactement. L’examen de ce portrait nous a procuré le plus intéressant des chaînons qui nous manquaient…. Nous le tenons, Watson, nous le tenons ! Je jure qu’avant demain soir, il se débattra dans nos filets aussi désespérément que ses propres papillons. Une épingle, un bouchon, une étiquette, et nous l’ajouterons à notre collection de Baker street !… » En s’éloignant du portrait, Holmes fut pris d’un de ces accès de rire peu fréquents chez lui. Je l’ai rarement entendu rire ; mais sa gaieté a toujours été fatale à quelqu’un.

   A la mañana siguiente me levanté muy pronto, pero Holmes se me había adelantado, porque mientras me vestía vi que regresaba hacia la casa por la avenida.

   Le lendemain matin, je me levai de bonne heure. Holmes avait été plus matinal que moi, puisque, de ma fenêtre, je l’aperçus dans la grande allée du parc.

   -Sí, hoy vamos a tener una jornada muy completa -comentó, mientras el júbilo que le producía entrar en acción le hacía frotarse las manos-. Las redes están en su sitio y vamos a iniciar el arrastre. Antes de que acabe el día sabremos si hemos pescado nuestro gran lucio de mandíbula estrecha o si se nos ha escapado entre las mallas.

   « Nous aurons aujourd’hui une journée bien remplie », fît-il, en se frottant les mains, à la pensée de l’action prochaine. « Les filets sont tendus et la « traîne » va commencer. Avant la fin du jour, nous saurons si nous avons ramené le gros brochet que nous guettons ou s’il a passé à travers les mailles.

   -¿Ha estado usted ya en el páramo?

   — Êtes-vous allé déjà sur la lande ?

   -He enviado un informe a Princetown desde Grimpen relativo a la muerte de Selden. Tengo la seguridad de que no los molestarán a ustedes. También me he entrevistado con mi fiel Cartwright, que ciertamente habría languidecido a la puerta de mi refugio como un perro junto a la tumba de su amo si no le hubiera hecho saber que me hallaba sano y salvo.

   — De Grimpen, j’ai envoyé à la prison de Princetown un rapport sur la mort de Selden. Je ne pense pas m’avancer trop, en promettant que personne de vous ne sera inquiété à ce sujet. J’ai écrit aussi à mon fidèle Cartwright. Le pauvre garçon se serait lamenté sur la porte de ma hutte, comme un chien sur le tombeau de son maître, si je n’avais eu la précaution de le rassurer sur mon sort.

   -¿Cuál es el próximo paso?

   — Et maintenant, qu’allons-nous faire en premier lieu ?

   -Ver a Sir Henry. Ah, ¡aquí está ya!

   — Causer avec sir Henry…. Justement, le voici.

   -Buenos días, Holmes -dijo el baronet-. Parece usted un general que planea la batalla con el jefe de su estado mayor.

   — Bonjour, Holmes, dit le baronnet. Vous ressemblez à un général en chef dressant un plan avec son chef d’état-major.

   -Ésa es exactamente la situación. Watson estaba pidiéndome órdenes.

   — Votre comparaison est exacte…. Watson me demandait les ordres.

   -Lo mismo hago yo.

   — Je vous en demande aussi pour moi.

   -Muy bien. Esta noche está usted invitado a cenar, según tengo entendido, con nuestros amigos los Stapleton.

   — Très bien. Vous êtes invité à dîner ce soir chez les Stapleton ?

   -Espero que también venga usted. Son unas personas muy hospitalarias y estoy seguro de que se alegrarán de verlo.

   — Oui ; vous y viendrez également. Ce sont des gens très accueillants…. Ils seront très heureux de vous voir.

   -Mucho me temo que Watson y yo hemos de regresar a Londres.

   — Je crains que nous ne soyons obligés, Watson et moi, d’aller à Londres aujourd’hui.

   -¿A Londres?

   — À Londres ?

   -Sí; creo que en el momento actual hacemos más falta allí que aquí.

   — Oui ; j’ai le pressentiment que, dans les présentes conjonctures, notre présence là-bas est indispensable. »

   Al baronet se le alargó la cara de manera perceptible.

   La figure du baronnet s’allongea considérablement.

   -Tenía la esperanza de que me acompañaran ustedes hasta el final de este asunto. La mansión y el páramo no son unos lugares muy agradables cuando se está solo.

   « J’espérais que vous étiez venus ici pour m’assister. Quand on est seul, le séjour du château et de la lande manque de gaieté.

   -Mi querido amigo, tiene usted que confiar plenamente en mí y hacer exactamente lo que yo le diga. Explique a sus amigos que nos hubiera encantado acompañarlo, pero que un asunto muy urgente nos obliga a volver a Londres. Esperamos regresar enseguida. ¿Se acordará usted de transmitirles ese mensaje?

   — Mon cher ami, répliqua Holmes, vous devez vous fier aveuglément à moi et exécuter fidèlement mes ordres. Vous direz aux Stapleton que nous aurions été très heureux de vous accompagner, mais que des affaires urgentes nous ont rappelés à Londres. Vous ajouterez que nous comptons revenir bientôt dans le Devonshire. Voulez-vous ne pas oublier de faire cette commission à vos amis ?

   -Si insiste usted en ello...

   — Si vous y tenez.

   -No hay otra alternativa, se lo aseguro.

   — Certainement…. C’est très important. »

   El ceño fruncido del baronet me hizo saber que estaba muy afectado porque creía que nos disponíamos a abandonarlo.

   Je vis au front rembruni de sir Henry que notre désertion — il qualifiait ainsi intérieurement notre départ — l’affectait péniblement.

   -¿Cuándo desean ustedes marcharse? -preguntó fríamente.

   « Quand désirez-vous partir ? interrogea-t-il, d’un ton sec.

   -Inmediatamente después del desayuno. Pasaremos antes por Coombe Tracey, pero mi amigo dejará aquí sus cosas como garantía de que regresará a la mansión. Watson, envíe una nota a Stapleton para decirle que siente no poder asistir a la cena.

   — Aussitôt après déjeuner…. Nous irons en voiture à Coombe-Tracey…. Afin de vous prouver que son absence sera de courte durée, Watson laissera ici tous ses bagages. » Et, se retournant vers moi, Holmes continua : « Watson, envoyez donc un mot aux Stapleton pour leur dire que vous regrettez de ne pouvoir accepter leur invitation.

   -Me apetece mucho volver a Londres con ustedes -dijo el baronet-. ¿Por qué he de quedarme aquí solo?

   — J’ai bien envie de vous suivre à Londres, fit le baronnet. Pourquoi resterais-je seul ici ?

   -Porque éste es su puesto y porque me ha dado usted su palabra de que hará lo que le diga y ahora le estoy ordenando que se quede.

   — Parce que le devoir vous y retient…. Parce que vous m’avez engagé votre parole d’exécuter tous mes ordres, et que je vous commande de demeurer ici.

   -En ese caso, de acuerdo. Me quedaré.

   — Très bien alors,… je resterai….

   -¡Una cosa más! Quiero que vaya en coche a la casa Merripit. Pero luego devuelva el cabriolé y haga saber a sus anfitriones que se propone regresar andando.

   — Encore une recommandation, reprit Sherlock. Je veux que vous alliez en voiture à Merripit house et qu’ensuite vous renvoyiez votre cocher, en disant aux Stapleton que vous rentrerez à pied au château.

   -¿Atravesar el páramo a pie?

   — À pied…. À travers la lande ?

   -Sí.

   — Oui.

   -Pero eso es precisamente lo que con tanta insistencia me ha pedido usted siempre que no haga.

   — Mais c’est précisément la chose que vous m’avez le plus expressément défendue !

   -Esta vez podrá hacerlo sin peligro. Si no tuviera total confianza en su serenidad y en su valor no se lo pediría, pero es esencial que lo haga.

   — Aujourd’hui vous pouvez faire cette promenade en toute sécurité. Si je n’avais la plus entière confiance dans la solidité de vos nerfs et la fermeté de votre courage, je ne vous y autoriserais pas…. Il est essentiel que les choses se passent ainsi.

   -En ese caso, lo haré.

   — Je vous obéirai.

   -Y si la vida tiene para usted algún valor, cruce el páramo siguiendo exclusivamente el sendero recto que lleva desde la casa Merripit a la carretera de Grimpen y que es su camino habitual.

   — Si vous tenez à votre existence, ne suivez, sur la lande, d’autre route que celle qui conduit de Merripit house au village de Grimpen…. C’est d’ailleurs votre chemin tout naturel pour retourner au château.

   -Haré exactamente lo que usted me dice.

   — Je ferai ce que vous me commandez.

   -Muy bien. Me gustaría salir cuanto antes después del desayuno, con el fin de llegar a Londres a primera hora de la tarde.

   — À la bonne heure, approuva Holmes. Je partirai le plus tôt possible, après déjeuner, de façon à arriver à Londres dans le courant de l’après-midi.

   A mí me desconcertaba mucho aquel programa, pese a recordar cómo Holmes le había dicho a Stapleton la noche anterior que su visita terminaba al día siguiente. No se me había pasado por la imaginación, sin embargo, que quisiera llevarme con él, ni entendía tampoco que pudiéramos ausentarnos los dos en un momento que el mismo Holmes consideraba crítico. Pero no se podía hacer otra cosa que obedecer ciegamente; de manera que dijimos adiós a nuestro cariacontecido amigo y un par de horas después nos hallábamos en la estación de Coombe Tracey y habíamos despedido al cabriolé para que iniciara el regreso a la mansión. Un muchachito nos esperaba en el andén.

   Ce programme ne manquait pas de me surprendre, bien que, la nuit précédente, Holmes eût dit à Stapleton que son séjour à Baskerville ne se prolongerait pas au delà du lendemain. Il ne m’était jamais venu à l’idée que Sherlock pût m’emmener avec lui – pas plus que je ne comprenais que nous fussions absents l’un et l’autre, à un moment que mon ami lui-même qualifiait de très critique. Il n’y avait qu’à obéir en silence. Nous prîmes congé de notre pauvre sir Henry et, une couple d’heures plus tard, nous arrivions à la gare de Coombe Tracey. La voiture repartit pour le château et nous passâmes sur le quai où nous attendait un jeune garçon.

   -¿Alguna orden, señor?

   « Avez-vous des ordres à me donner, monsieur ? demanda-t-il à Sherlock Holmes.

   -Tienes que salir para Londres en este tren, Cartwright. Nada más llegar enviarás en mi nombre un telegrama a Sir Henry Baskerville para decirle que si encuentra el billetero que he perdido lo envíe a Baker Street por correo certificado.

   — Oui, Cartwright. Vous prendrez le train pour Londres…. Aussitôt en ville, vous expédierez en mon nom à sir Henry un télégramme pour le prier de m’envoyer à Baker street, sous pli recommandé, le portefeuille que j’ai laissé tomber dans le salon.

   -Sí, señor.

   — Oui, monsieur.

   -Y ahora pregunta en la oficina de la estación si hay un mensaje para mí.

   — Allez donc voir maintenant au télégraphe si l’on n’a pas un message pour moi. »

   El chico regresó enseguida con un telegrama, que Holmes me pasó. Decía así: «Telegrama recibido. Voy hacia allí con orden de detención sin firmar. Llegaré a las diecisiete cuarenta. LESTRADE».

   Cartwright revint avec une dépêche. Holmes me la tendit. Elle était ainsi conçue : « Selon votre désir, j’arrive avec un mandat d’arrêt en blanc. Serai à Grimpen à cinq heures quarante. « Lestrade. »

   -Es la respuesta al que envié esta mañana. Considero a Lestrade el mejor de los profesionales y quizá necesitemos su ayuda. Ahora, Watson, creo que la mejor manera de emplear nuestro tiempo es hacer una visita a su conocida, la señora Laura Lyons.

   « Ceci, me dit Holmes, répond à un de mes télégrammes de ce matin. Ce Lestrade est le plus habile détective de Scotland Yard, et nous pouvons avoir besoin d’aide…. Tâchons, Watson, d’utiliser notre temps. Nous n’en trouverons pas de meilleur emploi qu’en allant rendre visite à votre connaissance, Mme Laura Lyons. »

   Su plan de campaña empezaba a estar claro. Iba a utilizar al baronet para convencer a los Stapleton de que nos habíamos ido, aunque en realidad regresaríamos en el momento crítico. El telegrama desde Londres, si Sir Henry lo mencionaba en presencia de los Stapleton, serviría para eliminar las últimas sospechas. Ya me parecía ver cómo nuestras redes se cerraban en torno al lucio de mandíbula estrecha.

   Le plan de campagne de Sherlock Holmes commençait à devenir évident. Par le baronnet, il voulait convaincre les Stapleton de notre départ, alors que nous devions reprendre clandestinement le chemin de Grimpen, pour nous trouver là au moment où notre présence serait nécessaire. Le télégramme, expédié de Londres par Cartwright, achèverait de dissiper les soupçons des Stapleton, si sir Henry leur en parlait. Je voyais déjà les filets se resserrer davantage autour du brochet que nous désirions capturer.

   La señora Laura Lyons estaba en su despacho, y Sherlock Holmes inició la entrevista con tanta franqueza y de manera tan directa que la hija de Frankland no pudo ocultar su asombro.

   Mme Laura Lyons nous reçut dans son bureau. Sherlock Holmes ouvrit le feu avec une franchise et une précision qui la déconcertèrent un peu.

   -Estoy investigando las circunstancias relacionadas con la muerte de Sir Charles Baskerville -dijo Holmes-. Mi amigo aquí presente, el doctor Watson, me ha informado de lo que usted le comunicó y también de lo que ha ocultado en relación con este asunto.

   « Je suis en train de rechercher, dit-il, les circonstances qui ont accompagné la mort de feu Charles Baskerville. Mon ami le docteur Watson m’a fait part de ce que vous lui aviez raconté et aussi de ce que vous lui aviez caché à ce sujet.

   -¿Qué es lo que he ocultado? -preguntó la señora Lyons, desafiante.

   — Qu’ai-je caché ? demanda Mme Lyons, devenue subitement défiante.

   -Ha confesado que solicitó de Sir Charles que estuviera junto al portillo a las diez en punto. Sabemos que el baronet encontró la muerte en ese lugar y a esa hora y sabemos también que usted ha ocultado la conexión entre esos sucesos.

   — Vous avouez avoir prié sir Charles de venir à la porte du parc, à dix heures du soir. Nous savons que le vieux gentilhomme a trouvé la mort à cette heure et à cet endroit. Pourquoi avez-vous passé sous silence la relation qui existe entre ces différents événements ?

   -No hay ninguna conexión.

   — Il n’existe entre eux aucune relation.

   -En ese caso se trata de una coincidencia de todo punto extraordinaria. Pero espero que a la larga logremos establecer esa conexión. Quiero ser totalmente sincero con usted, señora Lyons. Creemos estar en presencia de un caso de asesinato y las pruebas pueden acusar no sólo a su amigo, el señor Stapleton, sino también a su esposa.

   — Permettez-moi de vous faire remarquer qu’en tout cas, la coïncidence est au moins extraordinaire. J’estime cependant que nous parviendrons à établir cette relation. Je veux agir franchement avec vous, madame Lyons. Un meurtre a été commis, nous en sommes certains, et l’enquête peut impliquer non seulement votre ami M. Stapleton, mais encore sa femme. »

   La dama se levantó violentamente del asiento.

   Laura Lyons quitta brusquement son fauteuil.

   -¡Su esposa! -exclamó.

   « Sa femme ! s’écria-t-elle.

   -El secreto ha dejado de serlo. La persona que pasaba por ser su hermana es en realidad su esposa.

   — C’est aujourd’hui le secret de Polichinelle. Celle que l’on croyait sa sœur est bien réellement sa femme. »

   La señora Lyons había vuelto a sentarse. Apretaba con las manos los brazos del sillón y vi que las uñas habían perdido el color rosado a causa de la presión ejercida.

   Mme Lyons se rassit. Ses mains s’étaient à tel point crispées sur les bras du fauteuil que ses ongles — roses quelques minutes auparavant — avaient blanchi sous la violence de l’étreinte.

   -¡Su esposa! -dijo de nuevo-. ¡Su esposa! No está casado.

   « Sa femme ! répéta-t-elle. Sa femme ! Il était donc marié ? »

   Sherlock Holmes se encogió de hombros.

   Sherlock Holmes se contenta de hausser les épaules.

   -¡Demuéstremelo! ¡Demuéstremelo! Y si lo hace... -el brillo feroz de sus ojos fue más elocuente que cualquier palabra.

   « Prouvez-le-moi !… Prouvez-le-moi, reprit-elle…. Et si vous m’apportez cette-preuve…. » L’éclair qui passa alors dans ses yeux en dit plus long que tous les discours.

   -Vengo preparado -dijo Holmes sacando varios papeles del bolsillo-. Aquí tiene una fotografía de la pareja hecha en York hace cuatro años. Al dorso está escrito «El señor y la señora Vandeleur», pero no le costará trabajo identificar a Stapleton, ni tampoco a su pretendida hermana, si la conoce usted de vista. También dispongo de tres testimonios escritos, que proceden de personas de confianza, con descripciones del señor y de la señora Vandeleur, cuando se ocupaban del colegio particular St. Oliver. Léalas y dígame si le queda alguna duda sobre la identidad de esas personas.

   « Je suis venu dans cette intention, continua Holmes, en tirant plusieurs papiers de sa poche. Voici d’abord une photographie du couple prise à York, il y a plusieurs années. Lisez la mention écrite au dos : « M. et Mme Vandeleur…. » Vous le reconnaîtrez sans peine, — et elle aussi, si vous l’avez vue. Voilà trois signalements de M. et Mme Vandeleur, signés par des témoins dignes de foi. Le ménage tenait à cette époque l’école de Saint-Olivier. Lisez ces attestations et voyez si vous pouvez douter de l’identité de ces gens. »

   La señora Lyons lanzó una ojeada a los papeles que le presentaba Sherlock Holmes y luego nos miró con las rígidas facciones de una mujer desesperada.

   Mme Lyons prit les documents, les parcourut et tourna ensuite vers nous un visage consterné.

   -Señor Holmes -dijo-, ese hombre había ofrecido casarse conmigo si yo conseguía el divorcio. Me ha mentido, el muy canalla, de todas las maneras imaginables. Ni una sola vez me ha dicho la verdad. Y ¿por qué, por qué? Yo imaginaba que lo hacía todo por mí, pero ahora veo que sólo he sido un instrumento en sus manos. ¿Por qué tendría que mantener mi palabra cuando él no ha hecho más que engañarme? ¿Por qué tendría que protegerlo de las consecuencias de sus incalificables acciones? Pregúnteme lo que quiera: no le ocultaré nada. Una cosa sí le juro, y es que cuando escribí la carta nunca soñé que sirviera para hacer daño a aquel anciano caballero que había sido el más bondadoso de los amigos.

   « Monsieur Holmes, dit-elle, cet homme m’a proposé de m’épouser, si je divorçais d’avec mon mari. Il m’a menti, le lâche, d’une inconcevable façon. Il ne m’a jamais dit un mot de vérité…. Et pourquoi ?… pourquoi ? Je croyais qu’il n’agissait que dans mon seul intérêt. Mais maintenant je me rends compte que je n’étais qu’un instrument entre ses mains…. Pourquoi me montrerais-je généreuse envers celui qui m’a si indignement trompée ? Pourquoi tenterais-je de le soustraire aux conséquences de ses actes déloyaux ? Interrogez-moi ! Demandez-moi ce que vous voulez savoir, je vous répondrai sans ambages…. Je vous jure qu’au moment d’écrire à sir Charles Baskerville, je n’aurais même pas osé rêver qu’il arriverait malheur à ce vieillard que je considérais comme le meilleur de mes amis.

   -No lo dudo, señora -dijo Sherlock Holmes-, y como el relato de todos esos acontecimientos podría serle muy doloroso, quizá le resulte más fácil escuchar el relato que voy a hacerle, para que me corrija cuando cometa algún error importante. ¿Fue Stapleton quien sugirió el envío de la carta?

   — Je vous crois absolument, madame, dit Sherlock Holmes. Je comprends que le récit de ces événements vous soit très pénible et peut-être vaudrait-il mieux qu’il vînt de moi…. Reprenez-moi si je commets quelque erreur matérielle…. L’envoi de cette lettre vous fut suggéré par Stapleton ?

   -Él me la dictó.

   — Il me l’a dictée.

   -Supongo que la razón esgrimida fue que usted recibiría ayuda de Sir Charles para los gastos relacionados con la obtención del divorcio.

   — Je présume qu’il fit miroiter à vos yeux le secours que sir Charles vous enverrait pour faire face aux dépenses nécessitées par votre instance en divorce.

   -En efecto.

   — Très exact.

   -Y que luego, después de enviada la carta, la disuadió de que acudiera a la cita.

   — Puis, après le départ de votre lettre, il vous dissuada d’aller au rendez-vous ?

   -Me dijo que se sentiría herido en su amor propio si cualquier otra persona proporcionaba el dinero para ese fin, y que a pesar de su pobreza consagraría hasta el último céntimo de que disponía para apartar los obstáculos que se interponían entre nosotros.

   — Il me dit qu’il se sentirait froissé si un autre homme me remettait de l’argent pour une semblable destination. Il ajouta que, quoique pauvre, il dépenserait volontiers jusqu’à son dernier sou pour abattre l’obstacle qui nous séparait.

   -Parece una persona muy consecuente. Y ya no supo usted nada más hasta que leyó en el periódico la noticia de la muerte de Sir Charles.

   — Ah ! il se montrait d’une logique irréfutable, dit Holmes…. Ensuite, vous n’avez plus entendu parler de rien jusqu’au moment où vous avez lu dans les journaux les détails de la mort de sir Charles ?

   -Así fue.

   — Non.

   -¿También le hizo jurar que no hablaría a nadie de su cita con Sir Charles?

   — Je suppose qu’il vous fit jurer de ne révéler à personne votre rendez-vous avec le vieux baronnet.

   -Sí. Dijo que se trataba de una muerte muy misteriosa y que sin duda se sospecharía de mí si llegaba a saberse la existencia de la carta. Me asustó para que guardara silencio.

   — En effet. Il prétexta que cette mort était environnée de mystères, et que, si je parlais de ma lettre, on me soupçonnerait certainement. Il m’effraya pour obtenir mon silence.

   -Era de esperar. ¿Pero usted sospechaba algo?

   — Évidemment. Cependant vous eûtes des doutes ? »

   La señora Lyons vaciló y bajó los ojos.

   Mme Lyons hésita et baissa la tête.

   -Sabía cómo era -dijo-. Pero si no hubiera faltado a su palabra yo siempre le habría sido fiel.

   « Je le connaissais, reprit-elle. Toutefois, s’il s’était conduit autrement à mon égard, jamais je ne l’aurais trahi.

   -Creo que, en conjunto, puede considerarse afortunada al escapar como lo ha hecho -dijo Sherlock Holmes-. Tenía usted a Stapleton en su poder, él lo sabía y sin embargo aún sigue viva. Lleva meses caminando al borde de un precipicio. Y ahora, señora Lyons, vamos a despedirnos de usted por el momento; es probable que pronto tenga otra vez noticias nuestras.

   — À mon avis, vous l’avez échappé belle, dit Sherlock Holmes. Vous le teniez en votre pouvoir, il le savait et vous vivez encore ! Pendant plusieurs mois, vous avez côtoyé un précipice…. Maintenant, madame, il ne nous reste plus qu’à prendre congé de vous. Avant peu, vous entendrez parler de nous. »

   -El caso se está cerrando y, una tras otra, desaparecen las dificultades -dijo Holmes mientras esperábamos la llegada del expreso procedente de Londres-. Muy pronto podré explicar con todo detalle uno de los crímenes más singulares y sensacionales de los tiempos modernos. Los estudiosos de la criminología recordarán los incidentes análogos de Grodno, en la Pequeña Rusia, el año 1866 y también, por supuesto, los asesinatos Anderson de Carolina del Norte, aunque este caso posee algunos rasgos que son específicamente suyos, porque todavía carecemos, incluso ahora, de pruebas concluyentes contra ese hombre tan astuto. Pero mucho me sorprenderá que no se haga por completo la luz antes de que nos acostemos esta noche.

   Nous allâmes à la gare attendre l’arrivée du train de Londres. Sur le quai, Holmes me dit : « Tout s’éclaircit et, peu à peu, les difficultés s’aplanissent autour de nous. Bientôt, je pourrai raconter d’une façon cohérente le crime le plus singulier et le plus sensationnel de notre époque. Ceux qui se livrent à l’étude de la criminalité se souviendront alors d’événements analogues survenus à Grodno, dans la Petite-Russie, en 1866. Il y a aussi les meurtres d’Anderson commis dans la Caroline du Nord…. Mais cette affaire présente des particularités qui lui sont propres. Ainsi, à cette heure encore, la culpabilité de ce Stapleton n’est pas matériellement établie. Seulement j’espère bien y être arrivé ce soir, avant de me mettre au lit. »

   El expreso de Londres entró rugiendo en la estación y un hombre pequeño y nervudo con aspecto de bulldog saltó del vagón de primera clase. Nos estrechamos la mano y advertí enseguida, por la forma reverente que Lestrade tenía de mirar a mi compañero, que había aprendido mucho desde los días en que trabajaron juntos por vez primera. Aún recordaba perfectamente el desprecio que las teorías de Sherlock Holmes solían despertar en aquel hombre de espíritu tan práctico.

   L’express de Londres pénétrait en gare. Un petit homme, trapu, musclé, sauta d’un wagon de première classe. Nous échangeâmes avec lui une poignée de main et je devinai, à la façon respectueuse dont Lestrade regarda mon compagnon, qu’il avait appris beaucoup de choses depuis le jour où nous avions « travaillé » ensemble pour la première fois. Je me souvenais du profond mépris avec lequel le praticien accueillit alors les raisonnements d’un théoricien tel que Sherlock Holmes.

   -¿Algo que merezca la pena? -preguntó.

   « Un cas sérieux ? interrogea Lestrade.

   -Lo más grande en muchos años -dijo Holmes-. Disponemos de dos horas antes de empezar. Creo que vamos a emplearlas en comer algo, y luego, Lestrade, le sacaremos de la garganta la niebla de Londres haciéndole respirar el aire puro de las noches de Dartmoor. ¿No ha estado nunca en el páramo? ¡Espléndido! No creo que olvide su primera visita.

   — Le fait le plus extraordinaire qui se soit produit depuis nombre d’années, répondit Holmes. Nous avons devant nous deux heures avant de songer à nous mettre en route… Dînons ! Puis, mon cher Lestrade, vous chasserez le brouillard de Londres en aspirant à pleins poumons la fraîche brise vespérale de Dartmoor…. Jamais venu dans ces parages ?… Non ?… Eh bien, je ne pense pas que vous oubliiez de longtemps votre première visite. »

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