Zwanzigtausend Meilen unter'm Meer

Veinte mil leguas de viaje submarino

   Zweites Capitel.

   Capítulo 2

   Ein neuer Vorschlag des Kapitän Nemo.

   Una nueva proposición del capitán Nemo

   Am 28. Februar, als der Nautilus zur Mittagszeit unter'm 9°4' nördlicher Breite wieder an die Oberfläche des Meeres kam, befand er sich im Angesicht eines Landes, das acht Meilen westlich lag. Ich gewahrte zuerst einen Haufen etwa zweitausend Fuß hoher Berge, deren Formen sich sehr launenhaft änderten. Als die Lage aufgenommen war, begab ich mich wieder in den Salon, und erkannte auf der Karte, daß wir im Angesicht der Insel Ceylon waren, dieser Perle an der unteren Spitze der Indischen Halbinsel.

   El 28 de febrero, al emerger el Nautilus a la superficie, a mediodía, nos hallábamos, a 9º 4'de latitud Norte, ala vista de tierra, a unas ocho millas al Oeste. Vi una aglomeración de montañas, de unos dos mil pies de altura, modeladas en formas muy caprichosas. Una vez fijada la posición, volví al salón donde al consultar el mapa reconocí que nos hallábamos en presencia de la isla de Ceilán, esa perla que pende del lóbulo inferior de la península indostánica.

   Ich suchte in der Bibliothek nach einem Buch über diese Insel, die eine der fruchtbarsten der Erde ist, und fand gerade einen Band von Sirr H. O. Esq., mit dem Titel: »Ceylon und die Cinga lesen«.

   Fui a la biblioteca a buscar algún libro sobre la isla, una de las más fértiles del mundo, y hallé un volumen de Sirr H. C., Esq., titulado Ceylan and the Cingalese. En el salón, tomé nota de la situación y extensión de Ceilán, a la que la Antigüedad dio nombres tan diversos. Está entre 5º 55'y 9º 49' de latitud Norte y entre 79º 42' y 82º y 4', de longitud al Este del meridiano de Greenwich. Tiene doscientas setenta y cinco millas de longitud y ciento cincuenta de anchura máxima; su circunferencia, novecientas millas, y su superficie, veinticuatro mil cuatrocientas cuarenta y ocho millas, es decir, un poco inferior a la de Irlanda.

   Als ich wieder in den Salon trat, erschienen gleich auch der Kapitän Nemo und sein Lieutenant.

   El capitán Nemo y su segundo entraron en el salón.

   Der Kapitän warf einen Blick auf die Karte und sprach zu mir:

   El capitán echó una ojeada al mapa y luego se volvió hacia mí.

   »Die Insel Ceylon ist durch ihre Perlenfischereien berühmt? Würde es Ihnen angenehm sein, Herr Arronax, eine solche Fischerei zu besuchen?

   -La isla de Ceilán -dijo-, una tierra célebre por sus pesquerías de perlas. ¿Le gustaría visitar una de esas pesquerías, señor Aronnax?

   – Ja wohl, Kapitän.

   -Naturalmente que sí, capitán.

   – Gut. Es kann leicht geschehen. Nun, sehen wir zwar die Fischereien, so können wir doch nicht die Fischer sehen. Die jährlich vorgenommene Ausbeutung hat noch nicht begonnen. Thut nichts. Ich will nach dem Golf Manaar fahren, wo wir in der Nacht ankommen werden.«

   -Bien, pues nada más fácil. Veremos las pesquerías, pero no a los pescadores. Todavía no ha empezado la explotación del año. Voy a ordenar, pues, que nos adentremos en el golfo de Manaar, al que llegaremos esta noche.

   Der Kapitän sprach mit seinem Lieutenant einige Worte, der ging sogleich hinaus und der Nautilus tauchte alsbald in sein Element hinab. Das Manometer zeigte, daß es sich in einer Tiefe von dreißig Fuß hielt.

   El capitán dijo algo a su segundo, que salió en seguida. Pronto el Nautilus se sumergió nuevamente, a una profundidad de treinta pies, según indicó el manómetro.

   Ich suchte auf der Karte den Golf von Manaar. Derselbe findet sich im Nordwesten unter'm neunten Breitegrad, gebildet durch einen langen Streifen des Inselchens Manaar. Man mußte, um hin zu kommen, das ganze westliche Ufer von Ceylon hinauf fahren.

   Busqué el golfo de Manaar en el mapa y lo hallé en el noveno paralelo, en la costa occidental de Ceilán. Está formado por la alargada línea de la pequeña isla de Manaar. Para llegar a él había que costear toda la parte occidental de la isla.

   »Herr Professor, sagte darauf der Kapitän Nemo, man fischt Perlen im Golf von Bengalen, im Indischen Meer, dem Chinesischen und Japanischen, in den Meeren Süd-Amerika's, in den Golfen von Panama und Californien; aber zu Ceylon mit dem schönsten Erfolg. Wir kommen dafür zwar etwas zu früh. Die Fischer versammeln sich erst im März im Golf von Manaar, und dann widmen sich ihre dreihundert Boote dreißig Tage lang ganz dem gemeinsamen Geschäft, diese Kostbarkeiten des Meeres zu holen. Jedes Boot ist mit zehn Ruderern und zehn Fischern besetzt. Die letzteren sind in zwei Rotten getheilt, die im Untertauchen mit einander abwechseln, und begeben sich in eine Tiefe von zwölf Meter mit Hilfe eines schweren Steins, welchen sie zwischen ihre Füße nehmen, und der mit einem Tau an das Fahrzeug befestigt ist.

   -Señor profesor -dijo el capitán Nemo-, la pesca de perlas se efectúa en el golfo de Bengala, en el mar de las Indias, en los mares de China y del Japón, en aguas de América del Sur, en el golfo de Panamá y en el de California, pero es en Ceilán donde se hace con más provecho. Llegamos un poco pronto, cierto. Los pescadores no se concentran en el golfo de Manaar hasta el mes de marzo. En ese tiempo y durante treinta días sus trescientos barcos se entregan a esta lucrativa explotación de los tesoros del mar. Cada barco tiene una dotación de diez remeros y diez pescadores. Éstos, divididos en dos grupos, bucean alternativamente descendiendo hasta una profundidad de doce metros por medio de una pesada piedra entre sus pies, que una cuerda liga al barco.

   Also, sagte ich, ist immer noch das ursprüngliche Verfahren in Brauch.

   -¿Continúan usando ese medio tan primitivo?

   – Immer noch, erwiderte der Kapitän Nemo, obwohl diese Fischereien dem gewerbverständigsten Volk der Welt angehören, den Engländern, welchen dieselben im Vertrag zu Amiens, 1802, abgetreten worden sind.

   -Así es -respondió el capitán Nemo-, pese a que estas pesquerías pertenezcan al pueblo más industrioso del mundo, a los ingleses, a quienes fueron cedidas por el tratado de Amiens en 1802.

   – Es scheint mir doch, daß der Skaphander, wie Sie ihn im Gebrauch haben, dabei große Dienste leisten würde.

   -Creo que la escafandra, tal como usted la usa, sería de gran utilidad en estas faenas.

   – Ja wohl, denn die armen Fischer können's nicht lange unter'm Wasser aushalten. Der Engländer Parceval spricht zwar von einem Kaffer, der fünf Minuten lang unter'm Wasser bleiben konnte, aber es scheint mir dies nicht sehr glaubhaft. Ich weiß, daß manche Taucher es bis auf siebenundfünfzig Secunden, und sehr geschickte bis siebenundachtzig bringen; doch sind solche selten, und wenn die armen Kerle wieder an Bord kommen, strömt ihnen Wasser mit Blut vermischt aus Nase und Ohren. Ich glaube, daß die Durchschnittszeit, welche diese Fischer es aushalten können, nur dreißig Secunden beträgt, während dessen sie in aller Eile mit einem kleinen Netz alle Perlmuscheln, deren sie habhaft werden können, zusammenraffen; aber im Allgemeinen werden diese Fischer nicht alt; sie bekommen schwache Sehkraft, es bilden sich Geschwüre an ihren Augen und zeigen sich Wunden über dem ganzen Körper; und oft auch werden sie auf dem Meeresgrunde vom Schlage getroffen.

   -Sí, ya que estos pobres pescadores no pueden resistir mucho tiempo bajo el agua. El inglés Perceval, en la descripción de su viaje a Ceilán, habla de un cafre que resistía cinco minutos bajo el agua, pero esto no es digno de crédito. Sé que algunos llegan a resistir hasta cincuenta y siete segundos, e incluso los hay que permanecen ochenta y siete segundos. Pero son muy pocos los que pueden aguantar tanto, y cuando salen echan sangre por la nariz y los oídos. Yo creo que la media de tiempo que los pescadores pueden soportar es de treinta segundos. Durante ese tiempo, se apresuran a meter en una pequeña red todas las ostras perlíferas que pueden arrancar. Pero generalmente estos pescadores no llegan a viejos. Su vista se debilita y sus ojos se ulceran, sus cuerpos se cubren de llagas. Y con frecuencia sufren ataques de apoplejía bajo el agua.

   – Ja, sagte ich, es ist ein trauriges Gewerbe, und dient doch nur, um einige Launen zu befriedigen. Aber, sagen Sie mir, Kapitän, wieviel Muscheln kann ein Boot während eines Tages fischen?

   -Sí, es un triste oficio, y tanto más cuanto que sólo sirve a satisfacer los caprichos de algunos. Pero, dígame, capitán, ¿qué cantidad de ostras puede pescar un barco al día?

   – Etwa vierzig- bis fünfzigtausend. Man sagt sogar, daß im Jahre 1814, als die englische Regierung auf eigene Rechnung fischen ließ, ihre Taucher binnen zwanzig Tagen sechsundsiebenzig Millionen Muscheln zu Tage förderten.

   -De cuarenta a cincuenta mil. Se dice que, en 1814, el gobierno inglés acometió por su cuenta la explotación y, en veinte días de trabajo, sus buceadores cogieron setenta y seis millones de ostras.

   – Da finden sich wenigstens, fragte ich, diese Fischer hinreichend belohnt.

   -¿Están bien retribuidos, al menos, estos pescadores?

   – Schwerlich, Herr Professor. Zu Panama verdienen sie nur einen Dollar die Woche. Meistens bekommen sie nur einen Sou für die Muschel mit einer Perle, und wie viele bringen sie herauf, welche keine enthalten.

   -Apenas, señor profesor. En Panamá, sólo ganan un dólar a la semana. Se les paga un sol por cada ostra que contenga una perla. Imagínese el número de ostras que recogen sin perlas.

   – Ein Sou den armen Leuten, welche ihre Herren bereichern! Das ist abscheulich!

   -Es odioso que se pueda pagar así a esas pobres gentes que enriquecen a sus patronos.

   – Also, Herr Professor, sagte zu mir der Kapitän Nemo, Sie werden mit Ihren Gefährten die Bank von Manaar besuchen, und wenn sich vielleicht ein erwerbsamer Fischer schon dort befindet, so werden wir ihn sehen, wie er's macht.

   -Bien, señor profesor, visitarán usted y sus compañeros el banco de Manaar, y si por casualidad encontramos allí algún pescador madrugador le veremos operar.

   – Einverstanden, Kapitän.

   -De acuerdo, capitán.

   – Beiläufig, Herr Arronax, Sie fürchten sich doch nicht vor den Haifischen?

   -A propósito, señor Aronnax, espero que no tenga usted miedo a los tiburones.

   – Vor den Haifischen?« rief ich aus.

   -¿Tiburones?

   Diese Frage schien mir zum mindesten recht müßig.

   La pregunta me pareció a mí mismo ociosa.

   »Nun? wiederholte der Kapitän.

   -¿Y bien?

   – Ich muß Ihnen gestehen, Kapitän, daß ich mich mit dieser Art Fische noch nicht sehr befreundet habe.

   -Debo confesarle, capitán, que todavía no estoy muy familiarizado con esta clase de peces.

   – Wir sind daran gewöhnt, versetzte der Kapitän Nemo, und mit der Zeit werden Sie sich darin finden. Uebrigens sind wir ja bewaffnet, und wir können unterwegs vielleicht einen Hai erlegen; es ist das eine recht interessante Jagd. Also, auf morgen, Herr Professor, und in aller Frühe.«

   -Nosotros sí lo estamos, como lo estará usted con el tiempo. Además, iremos armados y quizá podamos cazar alguno por el camino. Es una caza interesante. Así, pues, hasta mañana. Habrá que madrugar mucho, señor profesor.

   Das sagte der Kapitän so leichthin, und verließ den Saal.

   Dicho eso, con la mayor naturalidad, el capitán Nemo salió del salón.

   Ladet man uns ein, im Schweizergebirge einen Bären zu jagen, so sagen wir: »Recht gern! Morgen gehen wir auf die Bärenjagd.« Ladet man uns zu einer Löwenjagd auf den Hochebenen des Atlas, oder zu einer Tigerjagd in den Niederungen Indiens ein, so sagen wir: »Ei nun, wir werden wohl dabei sein!« Aber ladet man uns ein den Haifisch in seinem natürlichen Element zu jagen, so erbitten wir uns vielleicht Bedenkzeit aus, bevor wir die Einladung annehmen.

   Cualquiera a quien se le invitara a una cacería de osos en las montañas de Suiza, diría naturalmente: «Muy bien, mañana vamos a cazar osos». Si la invitación fuera a cazar leones en las llanuras del Atlas o tigres en las junglas de la India, diría no menos naturalmente: «¡Ah! Parece que vamos a cazar leones o tigres». Pero cualquiera a quien se le invitara a cazar tiburones en su elemento natural solicitaría un tiempo de reflexión antes de aceptar la invitación.

   Ich für meinen Theil fuhr mit der Hand über meine Stirn, und fühlte da einige Tropfen kalten Schweißes.

   Hube de pasarme la mano por la frente para secarme unas gotas de sudor frío.

   »Wir wollen's überlegen, sagte ich bei mir, und übereilen wir uns nicht. Fischotter in unterseeischen Wäldern zu jagen, wie wir's auf der Insel Crespo gethan, geht noch an. Aber sich auf den Meeresgrund zu begeben, wenn man fast sicher ist, dort auf Haifische zu stoßen, ist doch etwas anderes! Ich weiß wohl, daß in manchen Ländern, besonders auf den Andamanen, die Neger bei der Hand sind, einen Dolch in einer Hand, eine Schlinge in der anderen, einen Haifisch anzugreifen, aber ich weiß auch, daß Viele, die keck genug sind, mit diesen furchtbaren Ungeheuern anzubinden, nicht mit dem Leben davon kommen! Uebrigens bin ich auch kein Neger, und wenn ich einer wäre, so würde, glaube ich, in diesem Falle eine leichte Bedenklichkeit meinerseits wohl an der Stelle sein.«

   «Reflexionemos -me dije -y tomémoslo con calma. Pase aún lo de ir a cazar nutrias en los bosques submarinos, como hicimos en la isla Crespo. Pero eso de ir al fondo del mar con la seguridad de encontrar tiburones es harina de otro costal. Ya sé que en determinados lugares, como en las islas Andamenas, los negros no vacilan en atacar al tiburón, con un puñal en una mano y un lazo en la otra, pero también sé que muchos de los que afrontan a esos formidables animales no vuelven nunca. Además, yo no soy un negro, y aunque lo fuera, creo que la duda no está desplazada.»

   Ich stellte mir also in Gedanken die Haifische vor, ihre ungeheuren Kinnbacken mit vielen Reihen Zähnen, die einen Menschen mit einem Biß in zwei Theile zerlegen können. Da kam mir schon ein Schmerzgefühl um die Lenden. Sodann wollte mir doch die Gleichgiltigkeit nicht behagen, womit der Kapitän diese leidige Einladung gemacht hatte! Hätte man nicht meinen sollen, es handle sich nur darum, in einem Buschwerk einen Fuchs zu prellen?

   Y heme aquí con la mente llena de tiburones, pensando en esas terribles mandíbulas armadas de múltiples hileras de dientes capaces de cortar a un hombre en dos. Creo que llegué a sentir el dolor en los riñones. Y, además, me era difícil digerir la naturalidad con que el capitán me había hecho esa deplorable invitación. Cualquiera hubiese dicho que se trataba simplemente de cazar un inofensivo zorro en el bosque.

   »Gut! dachte ich, Conseil wird sich nie entschließen mit zu gehen, und das wird mich beim Kapitän entschuldigen.«

   «Bueno -pensé-, de todos modos, Conseil no querrá venir, lo que me dispensará de acompañar al capitán.»

   In Beziehung auf Ned-Land, gestehe ich, fühlte ich mich nicht so sicher seiner Klugheit. Eine noch so große Gefahr hatte für seine kampffertige Natur stets einen Reiz.

   No estaba yo tan seguro de la cordura de Ned Land. Cualquier peligro, por grande que fuese, ejercía una invencible atracción sobre su naturaleza combativa.

   Ich machte mich wieder an die Lectüre des Buches von Sirr, aber ich blätterte nur mechanisch darin. Ich sah zwischen den Zeilen die fürchterlichen Kinnbacken aufgesperrt.

   Intenté continuar la lectura del libro de Sirr, pero sin poder hacer otra cosa que hojearlo maquinalmente. Veía entre las líneas las formidables mandilbulas abiertas de los escualos.

   In diesem Augenblick traten Conseil und der Canadier ein, mit ruhiger, selbst heiterer Miene. Sie wußten nicht, was ihnen bevorstand.

   En aquel momento, entraron Conseil y el canadiense. Venían tranquilos e incluso alegres. No sabían lo que les esperaba.

   »Meiner Treu', mein Herr, sagte Ned-Land zu mir, Ihr Kapitän Nemo – hol' ihn der Teufel! – hat uns soeben einen sehr annehmlichen Vorschlag gemacht.

   -Oiga -me dijo Ned Land-, su capitán Nemo (que el diablo se lleve) acaba de hacernos una amable invitación.

   – Ah! sagt' ich, Sie wissen ...

   -¡Ah!, entonces ya sabéis lo que…

   – Nehmen Sie's nicht übel, mein Herr, erwiderte Conseil, der Commandant des Nautilus hat uns eingeladen, morgen in Gesellschaft meines Herrn die prächtigen Fischereien von Ceylon zu besuchen. Er hat die Einladung in seinen Worten gemacht, und sich wie ein echter Gentleman benommen.

   -El comandante del Nautilus -dijo Conseil -nos ha invitado a visitar mañana, en compañía del señor, las magníficas pesquerías de Ceilán. Y lo ha hecho en los términos más amables, como un verdadero gentleman.

   – Sonst hat er Euch nichts gesagt?

   -¿No os ha dicho nada más?

   – Nein, mein Herr, erwiderte der Canadier, außer daß er von dem kleinen Ausflug mit Ihnen gesprochen habe.

   -Nada, sino que ya le había hablado al señor de este pequeño paseo.

   – In der That, sagte ich. Und er hat Ihnen nichts besonderes gesagt über ...

   -En efecto, pero no os ha dado ningún detalle sobre…

   – Nichts, Herr Naturforscher. Sie werden doch mit dabei sein, nicht wahr?

   -Ninguno, señor naturalista. Nos acompañará usted, ¿no?

   – Ich ... ohne Zweifel! Ich sehe, daß Sie Geschmack daran bekommen, Meister Land.

   -Yo-… . sin duda, Ned. Pero veo que le apetece a usted.

   – Ja! es ist merkwürdig, sehr merkwürdig.

   -Sí, será curioso, muy curioso.

   – Gefährlich vielleicht! fügte ich mit schmeichelndem Tone bei.

   -Peligroso tal vez -añadí con un tono insinuante.

   – Gefährlich, erwiderte Ned-Land, ein bloßer Ausflug auf eine Austernbank!«

   -¿Peligrosa una simple excursión por un banco de ostras?

   Offenbar hatte der Kapitän Nemo für unzuträglich gehalten, den Gedanken an Haifische bei meinen Gefährten anzuregen. Ich sah sie mit besorgtem Auge an, als wenn ihnen schon ein Glied mangele. Sollte ich sie warnen? Ja, gewiß, aber ich wußte nicht recht, wie es anzufangen.

   Decididamente, el capitán Nemo había juzgado inútil hablarles de los tiburones. Yo les miraba, turbado, como si ya les faltara algún miembro. ¿Debía advertirles? Sí, sin duda, pero no sabía cómo hacerlo.

   »Wird mein Herr, sagte Conseil, die Güte haben, uns Näheres über die Perlenfischerei zu sagen?

   -¿Querría el señor darnos algunos detalles sobre la pesca de perlas?

   – Ueber das Fischen selbst, fragte ich, oder über das, was dabei vorfallen ...

   -¿Sobre la pesca en sí misma, o sobre los incidentes que pueden-… ?

   – Ueber das Fischen, versetzte der Canadier. Ehe man auf etwas eingeht, muß man den Grund kennen lernen.

   -Sobre la pesca -respondió el canadiense-. Bueno es conocer el terreno antes de adentrarse en él.

   – Nun denn! Setzen Sie sich nieder, meine Freunde, und ich will Ihnen mittheilen, was ich von dem Engländer Sirr selbst soeben gelernt habe.«

   -Pues bien, sentaos, amigos míos, y os enseñaré todo lo que el inglés Sirr acaba de enseñarme sobre esto.

   Ned und Conseil setzten sich auf einen Divan, und zuerst sprach der Canadier zu mir:

   Ned y Conseil se sentaron en el diván. Antes de que comenzara a explicarles, preguntó el canadiense:

   »Mein Herr, was ist denn eigentlich eine Perle?

   -¿Qué es exactamente una perla?

   – Lieber Ned, erwiderte ich, für den Dichter ist die Perle eine Thräne des Meeres; für die Orientalen ein fest gewordener Thautropfen; für die Frauen ein längliches Kleinod von durchsichtigem Glanz und Perlmutterstoff, welches sie am Finger, Hals oder am Ohr tragen; für den Chemiker eine Mischung von phosphorsaurem und kohlensaurem Salz mit ein wenig Leim, und endlich für den Naturkundigen nur eine krankhafte Ausscheidung des Organs, welches bei einigen zweischaligen Muscheln die Perlmutter erzeugt.

   -Amigo Ned, para el poeta, la perla es una lágrima del mar; para los orientales, es una gota de rocío solidificada; para las damas, es una joya de forma oblonga, de brillo hialino, de una materia nacarada, que ellas llevan en los dedos, en el cuello o en las orejas; para el químico, es una mezcla de fosfato y de carbonato cálcico con un poco de gelatina, y, por último, para el naturalista, es una simple secreción enfermiza del órgano que produce el nácar en algunos bivalvos.

   – Abtheilung der Mollusken, sagte Conseil, Classe der Kopflosen, Ordnung der Schalthiere.

   -Rama de los moluscos -dijo Conseil-, clase de los aréfalos, orden de los testáceos.

   – Ganz richtig, gelehrter Conseil. Unter diesen Schalthieren nun sind alle die, welche Perlmutter ausscheiden, d.h. die blaue, bläuliche, violette oder weiße Substanz, welche das Innere ihrer Schalen auskleidet, fähig Perlen zu erzeugen.

   -Precisamente, sabio Conseil. Ahora bien, entre estos testáceos, la oreja de mar iris, los turbos, las tridacnas, las pinnas, en una palabra, todos los que secretan nácar, es decir, esta sustancia azul, azulada, violeta o blanca que tapiza el interior de sus valvas, son susceptibles de producir perlas.

   – Auch die Muscheln? fragte der Canadier.

   -¿Las almejas también? -preguntó el canadiense.

   – Ja! die Muscheln einiger Bäche in Schottland, Wales, Irland, Sachsen, Böhmen, Frankreich.

   -Sí, las almejas de algunos ríos de Escocia, del País de Gales, de Irlanda, de Sajonia, de Bohemia y de Francia.

   – Gut! Das wird man sich merken, erwiderte der Canadier.

   -Habrá que estar atentos de ahora en adelante -respondió el canadiense.

   – Aber, fuhr ich fort, die Molluske, welche vorzugsweise Perlen absondert, ist die Perlen-Auster, meleagrina Margaritifera, die kostbare Perlmuttermuschel. Die Perle ist nur eine Perlmutterausscheidung, welche Kugelform annimmt. Entweder sitzt sie an der Schale fest, oder befindet sich als Verhärtung im Fleisch des Thieres frei. Zum Kern hat sie stets ein kleines hartes Körperchen, sei's ein unfruchtbares Eichen oder ein Sandkorn, um welches der Perlmutterstoff binnen einigen Jahren nach und nach in kleinen concentrischen Ringen sich absetzt.

   -Pero el molusco por excelencia que destila la perla es la madreperla, la Meleagrina margaritifera, la preciosa pintadina. La perla no es más que una concreción nacarada de forma globulosa, que se adhiere a la concha de la ostra o se incrusta en los pliegues del animal. Cuando se aloja en las valvas, la perla es adherente; cuando lo hace en la carne, está suelta. Siempre tiene por núcleo un pequeño cuerpo duro, ya sea un óvulo estéril, ya un grano de arena, en torno al cual va depositándose la materia nacarada a lo largo de varios años, sucesivamente y en capas finas y concéntricas.

   – Finden sich mehrere Perlen in derselben Auster? fragte Conseil.

   -¿Puede haber varias perlas en una misma ostra?

   – Ja, lieber Junge. Es giebt Perlmuscheln, die einen wahren Schrein bilden. Man hat sogar eine Auster angeführt, aber ich bin so frei es in Zweifel zu ziehen, die nicht minder als hundertundfünfzig Haifische enthielt.

   -Sí, hay algunas madreperlas que son un verdadero joyero. Se ha hablado de un ejemplar que contenía, aunque yo me permito dudarlo, nada menos que ciento cincuenta tiburones.

   – Hundertundfünfzig Haifische! rief Ned-Land aus.

   -¿Ciento cincuenta tiburones? -exclamó Ned Land.

   – Hab' ich Haifische gesagt? versetzte ich lebhaft. Ich meine hundertundfünfzig Perlen. Haifische wäre ja sinnlos.

   -¿Dije tiburones? Quería decir perlas. Tiburones… no tendría sentido.

   – Ja wohl, sagte Conseil. Will mein Herr uns nun lehren, wie man diese Perlen herausbekommt?

   -En efecto -dijo Conseil-, pero tal vez el señor quiera decirnos ahora cómo se extraen esas perlas.

   – Man verfährt auf verschiedene Weise, und oft, wenn die Perlen an den Schalen anhängen, reißen die Fischer sie mit der Zange ab. Aber zumeist werden die Perlmuscheln über Matten von Pfriemenkraut gebreitet, welche am Ufer liegen. So sterben sie in der freien Luft, und nach Verlauf von zehn Tagen befinden sie sich in einem befriedigenden Zustand von Fäulniß. Darauf thut man sie in ungeheure Behälter voll Meerwasser, öffnet und wäscht sie. Jetzt beginnt die doppelte Arbeit der Aussonderung. Zuerst lösen sie die Perlmutterblätter ab, welche in Kisten von hundertundfünfundzwanzig bis hundertundfünfzig Kilogramm geliefert werden. Nachher entfernen sie das Fleisch der Auster, sieden sie ab und sieben sie durch, um auch die kleinsten Perlchen heraus zu bekommen.

   -Se procede de varios modos. Cuando las perlas están adheridas a las valvas se arrancan incluso con pinzas. Pero lo corriente es que se depositen las madreperlas en unas esterillas sobre el suelo.

Mueren así al aire libre, y al cabo de diez días se hallan en un estado satisfactorio de putrefacción. Se meten entonces en grandes depósitos llenos de agua de mar, y luego se abren y se lavan. Se procede después a un doble trabajo. Primero, se separan las placas de nácar conocidas en el comercio con los nombres de franca plateada, bastarda blanca y bastarda negra, que se entregan en cajas de ciento veinticinco a ciento cincuenta kilos. Luego quitan el parénquima de la ostra, lo ponen a hervir y lo tamizan para extraer hasta las más pequeñas perlas.

   – Der Preis der Perlen richtet sich nach ihrer Größe? fragte Conseil.

   -¿Depende el precio del tamaño? -preguntó Conseil.

   – Nicht allein nach ihrer Größe, erwiderte ich, sondern auch nach ihrer Form, ihrem Wasser, d.h. ihrer Farbe, und nach ihrem Orient, d.h. dem schillernden farbenreichen Glanz, welcher sie dem Auge so reizend macht. Die schönsten Perlen werden Jungfernperlen genannt; sie bilden sich vereinzelt im Fleisch der Molluske; sie sind weiß, oft undurchsichtig, doch manchmal auch durchsichtig, opalfarbig, und zumeist kugel- oder birnförmig. Die kugelrunden werden zu Armbändern verwendet, die birnförmigen zu Gehängen, und die kostbarsten werden nach dem Stück verkauft. Die anderen Perlen hängen an der Schale der Auster, und außergewöhnlich werden sie nach dem Gewicht verkauft. Endlich zur geringsten Sorte gehören die Sandperlen, die nach dem Maß verkauft und ganz besonders zu Stickereien auf kirchlichem Schmuck gebraucht werden.

   -No sólo de su tamaño, sino también de su forma, de su agua, es decir, de su color, y de su oriente, es decir, de ese brillo suave de visos cambiantes que las hace tan agradables a la vista. Las más bellas perlas son llamadas perlas vírgenes o parangones. Son las que se forman aisladamente en el tejido del molusco; son blancas, generalmente opacas, aunque a veces tienen una transparencia opalina, y suelen ser esféricas o piriformes. Las esféricas son comúnmente utilizadas para collares y brazaletes; las piriformes, para pendientes, y por ser las más preciosas se venden por unidades. Las otras, las que se adhieren a la concha de la ostra, son más irregulares y se venden al peso. Por último, en un orden inferior se clasifican las pequeñas perlas conocidas con el nombre de aljófar, que se venden por medidas y que sirven especialmente para realizar bordados sobre los ornamentos eclesiásticos.

   – Aber das Aussondern der Perlen nach der Größe muß eine langwierige Arbeit sein, sagte der Canadier.

   -Debe ser muy laboriosa la separación de las perlas por su tamaño -dijo el canadiense.

   – Nein, mein Freund, sie geschieht vermittelst elf Sieben, welche eine verschiedene Anzahl Löcher haben. Die Perlen, welche in den mit zwanzig bis achtzig Löchern zurück bleiben, sind ersten Ranges; die bei hundert bis achthundert nicht durchfallen, bilden die zweite Sorte; für die dritte Sorte endlich, die Saatperlen, gebraucht man Siebe mit neunhundert bis tausend Löchern.

   -No. Ese trabajo se hace por medio de once tamices o cribas con un número variable de agujeros. Las perlas que quedan en los tamices que tienen de veinte a ochenta agujeros son las de primer orden. Las que no escapan a las cribas perforadas por cien a ochocientos agujeros son las de segundo orden. Por último, aquellas con las que se emplean tamices de novecientos a mil agujeros son las que forman el aljófar.

   – Das ist sinnreich, sagte Conseil; ich sehe, daß hier das Classificiren mechanisch vor sich geht. Könnte uns mein Herr auch sagen, was die Ausbeutung der Perl-Austernbänke einträgt?

   -Es muy ingeniosa esa clasificación mecánica de las perlas -dijo Conseil-. ¿Podría decirnos el señor lo que produce la explotación de los bancos de madreperlas?

   – Laut Sier's Buch sind die Fischereien Ceylons jährlich für die Summe von drei Millionen Haifische verpachtet.

   -Si nos atenemos al libro de Sirr -respondí-, las pesquerías de Ceilán están arrendadas por una suma anual de tres millones de escualos.

   – Franken! versetzte Conseil.

   -De francos -dijo Conseil.

   – Ja, Franken! Drei Millionen Franken, wiederholte ich. Aber ich glaube, diese Fischereien tragen jetzt nicht mehr so viel ein, wie früher. Ebenso ist es mit den amerikanischen, die unter Karl V. vier Millionen Franken brachten, gegenwärtig auf zwei Drittheil herabgesunken sind. Im Ganzen kann man den allgemeinen Ertrag der Ausbeutung der Perlen auf neun Millionen Franken anschlagen.

   -Sí, de francos. Tres millones de francos. Pero yo creo que estas pesquerías no producen ya tanto como en otro tiempo Lo mismo ocurre con las pesquerías americanas, que, bajo e reinado de Carlos V, producían cuatro millones de francos en tanto que ahora no pasan de los dos tercios. En suma puede evaluarse en nueve millones de francos el rendimiento general de la explotación de las perlas.

   – Aber, fragte Conseil, man führt ja doch einzelne Perlen von sehr hohem Preis an?

   -Se ha hablado de algunas perlas célebres cotizadas a muy altos precios -dijo Conseil.

   – Ja, Lieber. Man sagt, Cäsar habe der Servilia eine Perle überreicht, die nach heutiger Münze auf hundertundzwanzigtausend Franken geschätzt wurde.

   -En efecto. Se ha dicho que César ofreció a Servilia una perla estimada en ciento veinte mil francos de nuestra moneda.

   -Yo he oído contar -dijo el canadiense -que hubo una dama de la Antigüedad que bebía perlas con vinagre.

   -Cleopatra -dijo Conseil.

   -Eso debía tener muy mal gusto -añadió Ned Land.

   -Detestable, Ned -respondió Conseil-, pero un vasito de vinagre al precio de mil quinientos francos hay que apreciarlo.

   -Siento no haberme casado con esa señora -dijo el canadiense a la vez que hacía un gesto de amenaza.

   -¡Ned Land esposo de Cleopatra! -exclamó Conseil.

   – Ich habe, versetzte der Canadier, meiner Braut, Kat Tender – die übrigens einen Anderen geheiratet hat, ein Perlenhalsband gekauft, das kostete nur ein und einen halben Dollar, und doch – der Herr Professor kann mir's kecklich glauben – wären diese Perlen nicht durch ein Sieb mit zwanzig Löchern gegangen.

   -Pues aquí donde me ve, Conseil, estuve a punto de casarme -dijo el canadiense muy en serio-, y no fue culpa mía que la cosa no saliera bien. Y ahora recuerdo que a mi novia, Kat Tender, que luego se casó con otro, le regalé un collar de perlas. Pues bien, aquel collar no me costó más de un dólar, y, sin embargo, puede creerme el señor profesor, las perlas que lo formaban no hubieran pasado por el tamiz de veinte agujeros.

   – Guter Ned, erwiderte ich lachend, das waren unechte Perlen, bloß Glaskugeln, innen mit orientalischer Essenz bestrichen.

   -Mi buen Ned -le dije, riendo-, eran perlas artificiales, simples glóbulos huecos de vidrio delgado interiormente revestido de la llamada esencia de perlas o esencia de Oriente.

   – Ach! diese Essenz, erwiderte Ned, muß theuer sein.

– Sie kostet soviel wie nichts. Es ist nur die silberweiße Substanz der Schuppen des Weißfisches, die man im Wasser sammelt und in Salmiak aufhebt. Sie ist ganz werthlos.

   -Pero esa esencia de perlas -dijo el canadiense -debe costar cara.

-Prácticamente nada. No es otra cosa que el albeto, la sustancia plateada de las escamas del alburno, conservado en amoníaco. No tiene valor alguno.

   – Vielleicht hat Kat Tender deshalb einen Anderen geheiratet, erwiderte Meister Land nachdenklich.

   -Quizá fuera por eso por lo que Kat Tender se casó con otro -dijo filosóficamente Ned Land.

   – Aber, sagte ich, um auf den hohen Preis von Perlen zurück zu kommen, ich glaube nicht, daß je ein Fürst eine von höherem Werthe besaß, als die im Besitz des Kapitäns Nemo.

   -Pero, volviendo a las perlas de muy alto valor -dije-, no creo que jamás soberano alguno haya poseído una superior a la del capitán Nemo.

   – Diese hier, sagte Conseil, und wies auf das prachtvolle Kleinod in seinem Glaskasten.

   -Ésta -dijo Consed, mostrando una magnífica perla en la vitrina.

   – Ich irre gewiß nicht, wenn ich ihren Werth auf zwei Millionen anschlage ...

   -Estoy seguro de no equivocarme al asignarle como mínimo un valor de dos millones de…

   – Franken! sagte Conseil lebhaft.

   -De francos -dijo vivamente Conseil.

   – Ja, sagte ich, zwei Millionen Franken, und ohne Zweifel hat sie dem Kapitän nur die Mühe des Einsammelns gekostet.

   -Sí -dije-, dos millones de francos, sin que le haya costado seguramente más trabajo que recogerla.

   – Ah! rief Ned-Land, könnten wir nicht morgen bei dem Ausflug eine gleiche finden?

   -¿Quién nos dice que no podamos mañana encontrar otra de tanto valor? -dijo Ned Land.

   – Bah! sagte Conseil.

   -¡Bah! -exclamó Conseil.

   – Und warum nicht?

   -¿Y por qué no?

   – Was sollen an Bord des Nautilus Millionen uns nützen?

   -¿Para qué nos servirían esos millones, a bordo del Nautilus?

   – An Bord nicht, sagte Ned-Land, aber ... sonst wo.

   -A bordo, para nada -dijo Ned Land ; pero… fuera…

   – O! sonst wo! versetzte Conseil mit Kopfschütteln.

   -¡Oh! ¡Fuera de aquí! -exclamó Conseil, moviendo la cabeza.

   – In der That, sagte ich, hat Ned-Land Recht. Und wenn wir jemals eine Perle von einigen Millionen Werth nach Europa oder Amerika bringen, so gäbe das mindestens ein starkes Beweismittel der Echtheit, und zugleich der Erzählung von unseren Abenteuern einen hohen Werth.

   -Ned Land tiene razón -dije-, y si volvemos alguna vez a Europa o a América con una perla millonaria, tendremos algo que dará una gran autenticidad y al mismo tiempo un alto precio al relato de nuestras aventuras.

   – Das glaub' ich wohl, sagte der Canadier.

   -Ya lo creo -dijo el canadiense.

   – Aber, sagte Conseil, der stets auf das Belehrende bei den Dingen zurück kam, ist diese Perlenfischerei mit Gefahr verbunden?

   Pero Conseil, atraído siempre por el lado instructivo de las cosas, preguntó:

-¿Es peligrosa la pesca de perlas?

   – Nein, versetzte ich lebhaft, zumal bei einigen Vorsichtsmaßregeln.

   -No -respondí vivamente-, sobre todo, si se toman ciertas precauciones.

   – Was hat man bei dieser Arbeit zu riskiren? sagte Ned-Land, höchstens, daß man einige Schluck Seewasser zu verschlingen hat!

   -¿Qué puede arriesgarse en ese oficio? ¿Tragar unas cuantas bocanadas de agua salada? -dijo Ned Land.

   – So ist's, Ned. Beiläufig, fuhr ich fort, indem ich des Kapitäns Nemo leichten Ton anzunehmen suchte, fürchten Sie sich vor den Haifischen, wackerer Ned?

   -Tiene usted razón, Ned. A propósito -dije, tratando de remedar la naturalidad del capitán Nemo-, ¿no tiene usted miedo de los tiburones?

   – Ich! erwiderte der Canadier, ein Harpunier von Profession! Es ist ja mein Geschäft, ihrer zu spotten!

   -¿Yo? ¿Miedo yo, un arponero profesional? Mi oficio es burlarme de ellos.

   – Es handelt sich nicht darum, sagte ich, sie mit einem Haken zu fangen, auf das Verdeck zu ziehen, ihnen den Schwanz abzuhauen, den Leib aufzuschlitzen und ihr Herz in's Meer zu werfen!

   -Es que no se trata de arponearlos, de izarlos al puente de un barco, de despedazarlos, de abrirles el vientre y arrancarles el corazón para luego echarlos al mar.

   – Es handelt sich also ...?

   -Entonces, de lo que se trata es de…

   – Ja, das ist's eben.

   -Sí.

   – Im Wasser?

   -¿En el agua?

   – Ja, im Wasser.

   -En el agua.

   – Meiner Treu', mit einer tüchtigen Harpune! Sie wissen, mein Herr, diese Haifische sind sehr ungeschlachte Thiere. Sie müssen sich umdrehen auf den Bauch, um nach Ihnen zu schnappen, und unterdessen ...«

   -Bien, ¡con un buen arpón! ¿Sabe usted, señor profesor? Los tiburones tienen un defecto, y es que necesitan ponerse tripa arriba para clavarle los dientes, y mientras tanto…

   Ned-Land sprach das Wort »schnappen« auf eine Weise aus, daß es einem kalt über den Rücken lief.

   Daba escalofríos la forma con que Ned Land dijo eso de «clavarle los dientes».

   »Nun, Conseil, was denkst Du von diesen Haifischen?

   -Y tú, Conseil, ¿qué piensas de esto?

   – Ich bin ganz auf der Seite meines Herrn.

   -Yo seré franco con el señor.

   – Das ist mir schon recht, dachte ich.

   «¡Vaya! ¡Menos mal!», pensé.

   – Wenn mein Herr den Haifischen Trotz bietet, sagte Conseil, so sehe ich nicht, warum sein treuer Diener nicht mit dabei wäre!«

   -Si el señor afronta a los tiburones, no veo por qué su fiel sirviente no lo haría con él.

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